22 abril 2012

Realidades


Querido JuanKa:


                 Corren malos tiempos para la familia.
                 Todo el mundo habla sobre ello; hemos atravesado fronteras, pero no puedes pretender ni por asomo que calcen tus zapatos ni que se metan en tu piel, mucho menos, que entiendan lo complicado que es desempeñar un papel que no has elegido.

                Te ven en recepciones con presidentes de distintos colores y nacionalidades; en cenas de gala con embajadores; atravesando el globo terráqueo de un extremo al otro en viajes oficiales; presidiendo actos; entregando premios; asistiendo a cumbres, y creen que te estás dando la gran vida a costa del sudor de sus frentes, pero están equivocados: porque estás trabajando; partiéndote el lomo para que todos ellos estén bien representados y cuando salgan fuera del país, encuentren a alguien que les diga: “Español, buena gente” y les abra la puerta de la hospitalidad.

               Los flirteos del niño de antaño; la separación de una de las niñas; la imposición de una mujer sin reino y reincidente en el matrimonio como futuro reemplazo de tu señora, son disgustos que quedaron atrás. Entonces también todos hablan sobre vosotros, pero lo hacían desde el respecto y la compresión, justificando vuestros actos con una realidad olvidada con intención: “Son humanos, sufren y padecen como nosotros”. Estas consideraciones os acercaban más al pueblo, que ya no os admira ni quiere como antes.

               Los últimos acontecimientos han minado la opinión pública y en algunos aspectos razón no les falta, convendrás conmigo.

                El yerno de tus ojitos tiene la mano tan larga como sus piernas, que es lo de menos. Lo grave, no son los hechos, sino que haya salido a la luz manchando la reputación de la familia. Pese a tus esfuerzos por desvincularte del asunto, condenando con discreción su mala cabeza, para que tu hija no sufra, es inevitable que os vean como un conjunto, no en vano vivís con su dinero. Son los que pagan vuestros sueldos a cambio de una austeridad fingida.

                Luego está lo de tu nieto mayor, que se dispara en el pie con una escopeta estando con su padre. Como cazador que eres, debe ser habitual para ti dejar armas de fuego al alcance de los niños. Es como ser mecánico y poner a tu hijo delante del volante antes de que haya cumplido la mayoría de edad.

                No habría que darle mayor relevancia. Algunos accidentes son inevitables, y los niños, ya se sabe que a veces tienen ideas de bombero. Es lamentable lo ocurrido, pero tampoco hay para tanto. El chico podrá caminar sin dificultad, que es, a fin de cuentas, lo que podría inquietarte algo.

                Y  tú, frustrado por la situación que atraviesa el país desde hace varios años, preocupado por todos los jóvenes que no encuentran trabajo y por todos aquellos que lo perdieron; aplomado por tantas vidas arruinadas; con trastornos del sueño severo, tú que eres de tan buen dormir, hasta en esos eventos interminables y aburridos que poco interés tenían para ti, decides despejarte; desconectar unos días matando a los elefantes que sobran en Botswana y a la vez, haciendo un bien social en aquellas tierras. Tan mal tino has tenido, que te fracturas la cadera y tus representados se te echan encima en bandada, como si hubieras estado haciendo algo de lo que avergonzarte. Solo buscabas una vía de escape, como todos necesitan hacer al menos una vez en la vida, y si ellos tuvieran tus contactos y  amistades, por descontado que acabarían liquidando animales.

         JuanKa, no son buenos tiempos, no, no lo son.
         Ya no se acuerdan del 23 de Febrero de 1981, cuando te aplaudieron y empezaste a ser admirado. Cuando salvaste sus vidas.

        Has hecho lo que tenias que hacer, bien aconsejado por tu hijo y tu esposa: pedir disculpas por ser un humano más que comete errores, pero algunos no se conformaran con tu sincero arrepentimiento y serán despiadados contigo y los tuyos en adelante.

                Están enfadados, no se lo tengas en cuenta. La única diferencia entre tú y ellos es que tú llevas la corona y ellos la soportan.


                                                                                      Tú conciencia.

08 abril 2012

Eso



Sábado noche.
En “El Gran debate” (Jordi me sigue pareciendo un hombre interesante para pasar una velada, pese a que algunos de sus colaboradores hagan que me pregunte con cierta frecuencia “¿qué hago yo aquí con estos?”) el amor, derivados y desencadenantes a discusión.

Entre las cuestiones que desmenuzan rescato esta:
¿El amor dura para toda la vida?
Evidentemente no. El amor pasa por varios estadios, el primero de ellos es la pasión, ese fervor con que en los inicios de una relación se desea estar tan cerca de la otra persona, que acabas atragantándote.
El cerebro ordena oler, saborear, admirar, oír y tocar, todo ello sin un orden predeterminado, para calarnos profundamente de “ese extraño objeto del deseo” (oscuro era para Buñuel) que nos ha minado la voluntad y mientras esto ocurre el corazón bombea sin parar a velocidades inusuales en condiciones normales (desenamorados).

El segundo estadio es la armonía (o estadio de transición al tercero y último). La pasión se ha calmado, existe en momentos puntuales, pero sobre todo se respira la calma que da la seguridad de haberlo conocido casi todo del otro y por lo mismo nos volvemos posesivos, considerándolo de nuestra propiedad. El amor empieza a flaquear, lo sentimos aún, pero es por el hábito.

El cariño es el tercer estadio. Puede considerarse también una forma de amor, pero no suele ser el que preferimos, por la falta de entusiasmo y ese acostumbramiento a hacer las cosas por rutina. Se quiere, es posible, pero no se ama y lejos se está de esos primero años de entregas y concesiones heroicas.

La infidelidad es otro de los temas estrechamente ligado al amor, en cualquiera de sus estadios. Que cada quien, con sus percepciones delimite donde empieza y cuando termina; si es una mirada, un pensamiento o una lambada.
Oyendo a unos y otros concluyo que si nos molesta tanto que nos engañen, es porque no nos han elegido a nosotros, lo que nos hiere el orgullo. Descubrimos que no somos tan importantes como para monopolizar “el amor” y el deseo, del de al lado, que es lo que esperamos por otra parte; convertirnos en “lo único” y “lo eterno”, eso es el amor, o al menos se parece al amor verdadero, que suele ser el que más gusta por lo grande que parece.

Palabras de paria de estas lindes.

01 abril 2012

Genuinos


Desde que cierto lumbreras de miras impresionantemente vanguardistas, antes alcalde de capital, ahora ministro por la gracia de votantes rebotados y “malideados”, me ha abierto los ojos a una realidad que desconocía de mi misma, afirmando que “la maternidad hace a las mujeres auténticas mujeres”, estoy asumiendo mi nuevo estado de “mujer de pega”, y cuando me acostumbre, hasta me sentiré cómoda siendo el plagio que represento en la sociedad.

Los de la RAE, se han puesto en marcha para añadir una acepción más completa de “mujer”, hasta la semana pasada entendida como: “aquella que ha llegado a la pubertad” (que se convierte en consumidora de compresas, salvaslips y tampones); “que tiene las cualidades consideradas femeninas por excelencia (fisionomía aparente); “que posee determinadas cualidades” (las no determinadas tiene la precaución de ocultarlas, para no mostrar a los demás tanto conocimiento contenido en si misma); “casada, con referencia al marido” (unida burocráticamente a hombre durante su inocencia o en trastorno de enajenación mental transitorio)... de aquí en adelante, también: “dícese de ser humano carente de próstata capaz de engendrar y dar a luz a bebés, sin intervención directa de ser humano con protuberancia cónica en sus bajos”.

Ignorante del todo de mi condición de “fraude”, consideraba erróneamente (ahora lo veo) que la autenticidad se mide a través de valores y principios (equivocados o no para otros en función de circunstancias) y por la defensa de los mismos, en lugar de por la predisposición o capacidad para poblar el mundo.

Mi concepto respecto a mujeres y hombres no ha virado pese a que tenga en conocimiento que existen los de “mentirijillas”
Los auténticos son los que tienen hijos, sobre ellas no hay ninguna duda, sobre ellos, se ciernen todas; aunque crean haber estado allí, aunque se crean “auténticos”, la certeza de serlo está muy lejos de la realidad.

El gallardo intelecto precursor de verdades absolutas y prodigiosas, no ha podido estar más apropiado admitiendo que nosotras, en algún momento de nuestras vidas, podemos llegar a ser auténticas, aunque no esté en el ánimo de algunas porque su consecución nos traiga sin cuidado, aceptando en el mismo acto y por extensión, que la autenticidad de los hombres siempre será dudosa.

Los años dedicados al estudio, a veces dan sus frutos…
Para muestra, un botón.