Errores humanos. Todos los cometemos.
Piensa en la mala mujer. La atleta improvisada se la ha recordado. Debería llamarla y decirle que los corazones son propiedad privada y no se pueden robar. Será lo primero que haga al llegar a casa. Oír su voz.
-¿La revancha?
Pregunta Yara poniendo la misma cara que en las últimas 70 revanchas.
-Porfa Nenuco.
-Tú ganas. Me tienes aburrido. Ni una más. ¿Qué quieres?
-Quiero...
Mira a su alrededor, se acerca al propósito y le susurra algo al oído...
Maldita sea, a penas se ha girado ha relampagueado, mala señal. Ya se lo estaba indicando su pata mala. Inevitablemente el abrumador sonido del trueno avasalla el silencio de la noche. Maldita sea. El viejo acelera su andar, no son más de veinte pasos pero pinta mal.
¿Que fue eso?
¿... y eso otros?
Maldita sea, ya caen enormes goterones, seguro que eran cómplices de algún diluvio. Seguro que llega a casa empapado.... y la tipa esa, la corredora, ya puede empezar a echar una de sus carreras, ya puede porque con la que va a caer se la va a mojar hasta el alma.
¿Que fue eso?
¿... y eso otros?
Maldita sea, ya caen enormes goterones, seguro que eran cómplices de algún diluvio. Seguro que llega a casa empapado.... y la tipa esa, la corredora, ya puede empezar a echar una de sus carreras, ya puede porque con la que va a caer se la va a mojar hasta el alma.
La mala mujer contesta al teléfono.
-Mala, ladrona de corazones.
-¡Trajano! ¡Qué sorpresa, lindo! Oye no me tengas en cuenta aquello, hombre, que ya ha pasado mucho tiempo y últimamente los días parecen que van más deprisa.
-Te llevaste mi corazón, mala mujer usurpadora.
-No, no, no. Lo cogí prestado, pero pensaba devolvértelo cuando estuviera listo. Ya sabes que mi hermano es brujo o algo así, bueno, pues se lo llevé al diablo para que lo hiciera más grande y cupiera todo el amor que tengo para darte. Lo hice por nosotros, lindo mío.
-¿Y los otros hombres?
-Ninguno de importancia, pasatiempos para olvidarte, pero eso es imposible, mi lindo.
-Ah bueno, si es así... si eso volvemos, pero me tienes que devolver el corazón.
-Trato hecho.
No hay mujeres malas, solo percepciones disparatadas.
-Mala, ladrona de corazones.
-¡Trajano! ¡Qué sorpresa, lindo! Oye no me tengas en cuenta aquello, hombre, que ya ha pasado mucho tiempo y últimamente los días parecen que van más deprisa.
-Te llevaste mi corazón, mala mujer usurpadora.
-No, no, no. Lo cogí prestado, pero pensaba devolvértelo cuando estuviera listo. Ya sabes que mi hermano es brujo o algo así, bueno, pues se lo llevé al diablo para que lo hiciera más grande y cupiera todo el amor que tengo para darte. Lo hice por nosotros, lindo mío.
-¿Y los otros hombres?
-Ninguno de importancia, pasatiempos para olvidarte, pero eso es imposible, mi lindo.
-Ah bueno, si es así... si eso volvemos, pero me tienes que devolver el corazón.
-Trato hecho.
No hay mujeres malas, solo percepciones disparatadas.
Todo ocurre en un instante.
El propósito la mira con cara rara antes de irse "para esto tanta persecución, bah"
Se marcha con las primeras gotas.
-¡Eh, tú! ¡Me lo debes! -Grita Yara.
-¡Concedido!¡Déjame en paz! ¡Con la lluvia encojo!
Yara empieza a saltar de alegría.
Todo ha cambiado. Ya tiene lo que tanto quería.
El propósito la mira con cara rara antes de irse "para esto tanta persecución, bah"
Se marcha con las primeras gotas.
-¡Eh, tú! ¡Me lo debes! -Grita Yara.
-¡Concedido!¡Déjame en paz! ¡Con la lluvia encojo!
Yara empieza a saltar de alegría.
Todo ha cambiado. Ya tiene lo que tanto quería.
Lo que Yara susurró al oído del propósito antes de que éste se fuera, aún resonaba en su cabeza:”QUIERO volver a SER YO. Quiero no querer parecer joven. Yo amé a Matusalén. Le vi nacer y esperé a que creciera, sabiendo que iba a ser para mí. Vivimos más de novecientos años felices, pero se acabó yendo con otra… Quiero ser la vieja que soy y encontrar mi alma en el huerto que heredé de mis abuelos. QUIERO SER YO.
-----O-----
Las historias empiezan y acaban. Esta podría continuar durante tiempo indefinido y acabaríamos dejando de ser "sus autores", para convertirnos en mensajeros de una voz que nos dictara las palabras sin darnos cuenta (que nadie piense en transtornos mentales, más bien esa voz obedecería a la implicación que se establecería con los personajes). La historia se escribiría sola. Lo del experimento sociológico era el cebo... o no.
Sea como fuere en cada trocito escrito, hay una parte de nosotros, la que nos gusta o disgusta; la que se permite licencias o se cohibe; la que mostramos habitualmente o la que ocultamos y solo dejamos salir mezclada con el surrealismo más imperante. Dejar ir la mente deliberadamente mitiga malhumores y los peores días.
Gracias a todos por el esfuerzo y por seguirme en esa corriente que a veces no sé muy bien hacia donde va. Esta es la historia de vuestra historia, de nuestra historia y de una historia terminable.