13 febrero 2011

Vuestra historia

El vecino que iba a tirar la basura deja la bolsa en el suelo, coge carrerilla y le pega una patada para estrellarla contra el muro de coristas que bailotean y canturrean sin parar, con tan mala suerte que la bolsa asciende unos metros y por un agujero una lluvia de peladuras de frutas, restos de comida, cáscaras de huevos, latas de cerveza, cae sobre el asfalto antes de que aterrice la bolsa en el suelo.
Las coristas ni se inmutan.

Yara se aproxima cojeando al propósito, que no le da por huir confiando en que su perseguidora lesionada es inofensiva. Ja. Cara a cara, Yara agarra al propósito con las dos manos a traición y le dice: "o me das lo que quiero, o te lo quito, nenuco".

Mientras tanto el vecino de la basura descubre un interruptor en la pared. Lo presiona y los gallos empiezan a cacarear, se ha hecho de día y las coristas se han esfumado. Le da otra vez al interruptor, se hace de noche. Las coristas aparecen. Interruptor, día. Interruptor noche. Interruptor una y otra vez. Los gallos cacarean y callan.

El propósito empieza a oler como una mofeta. La prota lo suelta para taparse la nariz con las dos manos. El olor es nauseabundo, huele a bomba fétida requemada.
El propósito se escapa...

Han pasado varios días, pero Yara ni está cansada ni tiene hambre. Le parece que sigue siendo la misma noche que salió corriendo. El tiempo pasa tan deprisa que los días y las noches se intercalan a un golpe de dedo.
Las coristas se han ido a dormir y el vecino basurero entra en casa refunfuñando porque tiene que volver al trabajo. No hace ni tres horas que acabó su jornada y tiene que volver otra vez. No se puede enredar con el tiempo, porque luego se pagan las consecuencias. Pero prefiere trabajar a escuchar a las del coro, que le recuerdan a una mala mujer.
El propósito ni se sabe por dónde anda.

Ygriega es más vieja que Matusalén y si no se le nota es porque pactó con el diablo su agilidad y juventud a cambio de entregarle su alma. Como no tiene salió ganando en el intercambio y el diablo, que cada vez sabe menos porque más olvidos tiene, no se ha dado cuenta de que lo que guarda en un frasco es aire evolucionado de un gato.

Ygriega no sabe a que huelen las nubes, nunca ha llegado tan alto pero tiene el olfato muy desarrollado y cuando un olor se introduce en las fosas nasales, las aletas se le abren y automáticamente se pone en marcha. Ha perdido de vista al propósito, pero lo encontrará.

Mientras el de la basura se sienta delante de su mesa de trabajo. Es sexador de pollos. Mirarle el culo a aves dos segundos para definir si es pollo o polla no le apasiona más que sacarse cera del oído con el dedo, pero no todo el mundo lo podría hacer y eso le hace sentirse útil...

El diablo se hizo brujo porque no quería hacerse cargo del negocio familiar, una herrería con 157 años de tradición, en la que habían trabajado todos los hombres de su familia, menos él, que le dio por las adivinanzas, y su hermano, que se hizo mujer para evitar darle al martillo.

Al diablo le asustaba el fuego, enemigo de colegas del pasado, por eso cuando ganó suficiente dinero se puso la vitrocerámica en la cocina, un sito donde pasaba mucho tiempo preparando las recetas que le pasaba su hermana nacida hermano. Fue ella quien le presentó a la del nombre raro.

Todo empezó el día que decidió visitar al diablo.
En aquella casa empapelada de flores, que olía a judías podridas recalentadas con vinagre, el diablo le preguntó:
-Estás segura de que puedes pagarme?
No solo tenía en conocimiento que no podía entregarle su alma, sino que además era imposible. La había perdido en el huerto de sus abuelos, vendedores ambulantes de rábanos, muy preciados en época de sabañones.
Necesitaba parecer joven y recuperar la flexibilidad de la que gozaba cuando trabajaba en el circo. Estaba cansada de ver en su cara un mapamundi en relieve.
-Ocúpate de lo mío. Yo me ocuparé de lo tuyo.

El diablo mezcló varias hierbas que arrancó de sus macetas, las sazonó y pimentó y luego las metió un minuto en el microondas con leche de soja.
El mejunje sabía muy raro. Yara se lo tomó despacio, notando con cada sorbo como la piel se tersaba, hasta no dejar una sola gota.
-Ahora quiero tu alma.
-Dame un frasco.

Con el frasco de vidrio se dirigió al baño. Improvisaría algo.
Buscó en cajones y armarios, pero solo había cremas faciales y tintes, que poco se parecían a su alma. El olor a judía podrida se intensificó. Era un olor que permanecía unos segundos en el espacio y después se suavizaba. Siguió el rastro con el olfato hasta descubrir detrás del inodoro una bola de pelo respirante. Era el gato enroscado… Otro vez ese olor. Se acercó al animal olfateando. El gato se estremeció brevemente. Yara se percató de que el angelito tenía una pedorrera de mil demonios. La cara se le iluminó. Cogió el frasco y lo llenó de los gases que el lindo gatito dejaba ir. Había recuperado su alma.

7 comentarios:

sofiasaavedra dijo...

Que disparatada la historieta :)
Repetimos.

El propósito deja de correr. Hace un buen rato que corre solo.
Mira a su alrededor, a lo mejor la loca está escondida esperando a que se relaje para atraparle otra vez y llamarle "nenuco". Todo menos eso.

Debería haber corrido menos, para que la chica pensase que podía atraparle, darle falsas esperanzas.
Nota que le falta algo. Le gusta sentirse en peligro. Le gusta el riesgo y sentir que está a punto de ser capturado. Buscará la chica para que vuelva a perseguirle, quién necesita más a quién.

Un beso.

zimbagüe dijo...

Ygriega entra en un bar y se toma unas cañas. La carrera le ha dejado sedienta. Antes o despues cazará al propósito de las narices.
Se come tres pinchos de tortila y erupta sin parar. Eruptar le sastiface, siempre lo hace después de comer. Le gutaría fumarse un puro, otra de sus satisfacciones, pero salió tan derisa de casa, que se los olvido cogerlos.

El hombre de al lado enciende una pipa. Ygriega le mira eruptando otra vez.
-Te conozco. Eres eltipo del interruptor. Por tu culpa no sé cuantos días llevo fuera de casa.
-Ah, claro, la descelebrada qeu corre por las noches. ¿Te hace?
Le ofrece la pipa.
-Pssst.
Aspira profundamente. El mundo es distinto cuadno los pulmones se llenan de aire.
-Almuerzo todos los días aquí. Si quieres más, búscame. Puedo hacerte un buen precio.
Ygriega se echa a reir como una descosida. Es feliz.

Esto mola :)

Uno dijo...

Ufff, tú con los experimentos eres como los ingenieros de Chernovil, a lo bestia y debastando las leyes de la lógica y de la realidad.

No está mal que te de por el abstracto, que hagas historias raras, pero te has pasado tres pueblos, ¿cómo puede alguién llamarse Ygriega y no haber repetidamente a sus padres por tal carga?

Hoy no aporto nada más, el sueño tira de mí.

Saludos desde tu pueblo

Posdata. Nuevamente palabra de verficación curiosa "djuns", que suena a "dijuns", al que le quedan 12 minutillos de existencia :-)

La Frufrú dijo...

Está quedando hasta divertido. Que ocurrencia, criatura :)

Yara y el propósito se encuentran al girar una esquina.
-Dame lo que quiero, nenuco.
El aliento le huele a una plantación de María Luisa.
-Juegatelo.
El propósito le mira desafiante.
-Vale.
Saca una baraja de cartas y se la muestra a Yara.
-Aquí no, allí.
El propósito señala el parque al otro lado de la calle.
Yara cada vez está más cerca de conseguir lo quiere.

Un beso.

carlosideal dijo...

Oye Danieluski, que cuando lo que se escribe se publica en un blog, hasta parece bueno. ¡Qué subidón!
Sigamos con la historia para no dormir.

Juegan al poker sentados en un banco. El propósito antes de ser propósito, era jugador preofesional, pero una mala mujer, seguro que la misma que la del vecino basurero, le arruinó la vida.
Apostó todo por ella y todo perdió el insensato. Menos el "as" que se guardaba en la manga. Sin ese "as", él no se hubiera hecho propósito.
A lo mejor tenía más que agradecerle a esa mujer mala, que reprocharle.

Un besote :)

Daniela Haydee dijo...

SOFÍA SAAVEDRA: Teneis una capacidad imaginativa que asusta... :P

Un beso.

ZIMBAGÜE: Reflejo de la realidad. En todas partes hay personas con intención de hacerte soñar :P

Un abrazo.

UNO: La reponsable del experimento no soy yo tanto como los que me siguen la corriente.

Escribís historias que forman parte de otra historia iniciada y además con ingenio.

Por cierto lo de Ygriega, se lo debemos a Zimbagüe, que ha creído conveniente rebautizar a Yara.
Si te digo yo que ingenio no os falta :P

Feliz sueño (la próxima vez que duermas)

Saludos desde tu pueblo llovido.

Fiebre dijo...

He disfrutado como una enana, como os pillen los guionistas de la FOX os fichan en conjunto para hacer una serie tipo "Todo sobre mi madre".

Lástima mi poco tiempo y mi escasa imaginación de estos días (sólo atino a decir que Yara iba absorta por la calle perpetrando sumas mentales con su ábaco imaginario).

Por cierto, no te dije nada de la segunda parte del muelle...no sé qué casatorio me cabrea más.
:P

Besos domingueros.