Propongo, para éste mes de febrero en el que la creatividad aflora a saber por qué razón, a quienes les apetezca seguirme la corriente (estoy en mi particular fase experimental, esa en la que puede ocurrir de todo o nada), crear una historia durante estas cuatro semanas, en la que la vida de uno o varios personajes dependerá de lo que decidáis, quienes queráis decidir sobre ellas.
Algunos mal pensados (os tengo en mente, conoceros desde hace tanto tiempo me da licencia para bucear entre vuestros pensamientos) creerá que estoy faltando a mi compromiso para conmigo misma desde hace más de tres años (voluntad de prolongar mi intención en el tiempo), y que “esto” es solo una excusa para escabullirme durante unas semanas o que le estoy echando mucho rostro al asunto dejándoos a cargo del cortijo… Puede ser.
Es un “experimento sociológico” sobre el que sabréis más cuando llegue el momento, si es que tiene a bien venir.
Solo diré que se llama Yara, que aún no sé donde vive, ni su edad pero una noche, a esa hora a la que dicen que las brujas aparecen, perseguía descalza un propósito, tampoco sé qué tipo de propósito, si iba vestido o era peludo. Solo que necesitaba alcanzarlo porque de ello dependía la parte de su existencia que aún no había vivido.
Yara corría y corría bajo la luz de las farolas y la mirada desconcertada de algún que otro viandante que volvía a casa y de un vecino que tiraba la basura, desconocemos si por la visión del propósito o por la persecución del mismo.
Se detuvo al clavarse una piedra en el puente del pie. El propósito, percatándose del incidente paró en seco, y retrocedió unos pasos con cautela. Sus intenciones se cruzaron mientras un halo de luz procedente, supongamos que, de la luna, alumbraba a las coristas de Barry White (a lo Ally McBeal) contorneándose al ritmo de "You are the first, my last, my everything", interpuestas entre ambos…
Cedo el testigo, la continuación está en manos de quien no las tenga demasiado ocupadas, y la continuación de la continuación del que siga…
8 comentarios:
Pues si pienso mal, muy mal ;)
Escribir no se me da, pero voy a jugar a decidir sobre lo demás, como tu dices. Cojo el mando, a ver que sale.
"El vecino que iba a tirar la basura deja la bolsa en el suelo, coge carrerilla y le pega una patada para estrellarla contra el muro de coristas que bailotean y canturrean sin parar, con tan mala suerte que la bolsa asciende unos metros y por un agujero una lluvia de peladuras de frutas, restos de comida, cáscaras de huevos, latas de cerveza, cae sobre el asfalto antes de que aterrice la bolsa en el suelo.
Las coristas ni se inmutan.
Yara se aproxima cogeando al propósito, que no le da por huir confiando en que su perseguidora lesionada es inofensiva. Ja. Cara a cara, Yara agarra al propósito con las dos manos a traición y le dice: "o me das lo que quiero, o te lo quito, nenuco".
Mientras tanto el vecino de la basura descubre un interruptor en la pared. Lo presiona y los gallos empiezan a cacarear, se ha hecho de día y las coristas se han esfumado. Le da otra vez al interruptor, se hace de noche. Las coristas aparecen. Interruptor, día.Interruptor noche. Interruptor una y otra vez. Los gallos cacarean y callan.
El propósito empieza a oler como una mofeta. La prota lo suelta para taparse la nariz con las dos manos. El olor es nauseabundo, huele a bomba fétida requemada.
El propósito se escapa..."
Ahí queda eso :P
Un beso.
Pd: experimento sociológico, ya.
Me coges desprevenido :)
Luego vuelvo.
Un abrazo
Han pasado varios días, pero Yara ni está cansada ni tiene hambre. Le parece que sigue siendo la misma noche que salió corriendo. El tiempo pasa tan deprisa que los días y la noches se intercalan a un golpe de dedo.
Las coristas se han ido a dormir y el vecino basurero entra en casa refunfuñando porque tiene que volver al trabajo. No hace ni tres horas que acabó su jornda y tiene que volver otra vez. No se puede enredar con el tiempo, porque luego se pagan las consecuencias. Pero prefiere trabajar a escuchar a las del coro, que le recuerdan a una mala mujer.
El propósito ni se sabe por donde anda.
He vuelto, estoy prevenido.
Ygriega es más vieja que Matusalén y si no se le nota es porque pactó con el diablo su agilidad y juventud a cambio de entregarle su alma. Como no tiene salió ganando en el intercambio y el diablo, que cada vez sabe menos porque más olvidos tiene, no se ha dado cuenta de que lo que guarda en un frasco es aire evolucionado de un gato.
Ygriega no sabe a que huelen las nubes, nucna ha llegado tan alto pero tiene el olfato muy desarrollado y cuando un olor se introduce en las fosas nasales, las aletas se le abren y automáticaente se pone en marcha. Ha perdido de vista al propósito, pero lo encontrará.
Mientras el de la basura se sienta delante de su mesa de trabajo. Es sexador de pollos. Mirarle el culo a aves dos segundos para definir si es pollo o polla no le apasiona más que sacarse cera del oido con el dedo, pero no todo el mundo lo podría hacer y eso le hace sentirse útil...
Ya está :)
En que embolados nos metes Danieluski, hermosa.
El diablo se hizo brujo porque no quería hacerse cargo del negocio familiar, una herradería con 157 de tradición, en la que habían trabajado todos los hombres de su familia, menos él, que le dio por las adivinanzas, y su hermano, que se hizo mujer para evitar darle al martillo.
Al diablo le asustaba el fuego, enemigo de colegas del pasado, por eso cuando ganó suficiente dinero se puso la vitrocerámica en la cocina, un sito donde pasaba mucho tiempo preparando las recetas que le pasaba su hermana nacida hermano. Fue ella quien le presentó a la del nombre raro.
Hala quedate complacida que ya no hay mas :)
Un beso
¡QUE GRANDES SOIS!
Para solera la vuestra, soles.
Gracias a granel.
Un beso.
Como sería la pedazo piedra para clavarsela en el puente del pie, si fuese en la planta... todavia, ¿pero en el puente? que es lo que el dorso a la mano :-)
A pesar de este pequeño hecho fantastico, más que las coristas, continuaré algo la historia.
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El vecino miró la luz, miro las coristas, abrió grandemente la boca y se refegó los ojos.
Yara, avanzó y se únio a la línea de coristas. Cuanto echaba de menos sus zapatos de plataformas, no eran comodas para andar, pero sin duda mucho más seguras que la frágil dermis de la planta de los pies.
Su proposito, se llamamaba Mixo, la miraba algo descondertado. Poco a poco se fue acercando hasta ella. Cuando estaba a un metro maulló dos veces, luego comenzo a curzarse entre las largas piernas de de Yara, mientras esta poco a poco y iba cesando su baile.
Se detuvo, se agachó y cogió a Mixo en su regazo. Las coristas rompieron filas y se fueron hablando de sus cosas de coristas, la luz permació y permitió que atónito vecino pudiese observar bajo la minifalda los atributos sexuales de Yara.
"Gato malo, gato malo, ¿por qué has dejado sola a mami en medio de la noche?".
El vecino, recuperado grito con un aspamiento "Marica de mierda, idos a celebrar lo del orgullo gay de los cojones a otra parte, que ya no son horas y aquí todos somos decentes".
Yara, miró al vecino, le sonrio y le mandó un beso. Torció el rostro el vecino y refunfuñando se volvió hacia su casa.
Yara le imitó con Mixo, arrebujado contra su pecho.
Tan sólo quedo allí la luz solitaria esperando que alguien le diese fin a su existencia, ahora, sin sentido.
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Saludos desde tu pueblo.
Posdata, palabra de verificación "gatorth", y no la había visto antes :-)
UNO: Vamos por partes.
1º.- El puente del pie es la concavidad entre la proa y la popa. Claro queda.
2º.- El dorso de la mano es la parte de atrás de la palma (donde abultan las venitas)y es habitual esta denominación en literatura y medicina.
3º.- Creo que has entendido el experimento sociológico en parte... Se trata de escribir la continuación del antecesor (comentarista de arriba), no de ir mi historia... Es vuestra historia, no la mía.
No problem, intervengo y establezco la conexión entre tu minirelato y el de los demás.
4º.- ¿Se refregó los ojos o restregó? Cada cada cual ponga lo que le parezca. Es experimento consiste en eso :P
Buena continuación, descompasada, pero tiene ritmo.
Saludos desde tu pueblo mojado.
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