Observando vengo, que los blogueros practicantes, acabamos abordando el mismo tema imbuidos por un sentimiento muy similar, o tal vez por la necesidad de querer compartir un poco más con los demás, porque los demás cada vez nos son más cercanos.
Hoy es mi turno… otra vez.
Éste es mi segundo reencuentro con el momento en que determiné “tomarme en serio” aquel conato de blog desangelado que abandoné por falta de constancia y ganas. El año pasado batí mi record de resistencia (dada mi naturaleza a cansarme pronto de las cosas que emprendo, como ya expliqué en aquella ocasión), a lo largo de 365 días, escribí un post todas las semanas, desafiándome a mi misma, “misión cumplida”. Lo logré. No es ninguna hazaña comparándolo con la frecuencia con la que escribís algunos de vosotros (asombrada me tenéis), soy incapaz de escribir tanto, además de muy estricta con mis costumbres: de lunes a viernes, el único ordenador que enciendo es el del trabajo (demasiado pc para mis ojitos), y en el trabajo, solo trabajo (y pienso).
Mi particular “arjé” (me encanta esta palabra, la primera que me impactó en mis aproximaciones filosóficas de antaño), fue experimental y sobre todo diplomático. Probaba y probaba, procurando que nadie se molestase (mis dos o tres lectores, gracias), si no elegía bien las palabras. La experiencia me ha enseñado que hay sensibilidades que se hieren solas, y que cada quien, interpreta las palabras a su modo, sin que mi intermediación sea directa.
Ahora soy una exhibicionista más (yo, tan recatada en mi conducta), y he aprendido leyendo vuestros blogs y comentarios, a desprenderme de algunos lastres.
Diplomática aún (nunca he dicho tacos, ni hago uso de partes de la anatomía femenina-masculina, para describir o valorar situaciones o circunstancias, aunque me divierte el uso que hacéis de ellos en la virtualidad del medio o realidad que hay más allá de las paredes que encierran éste instante), a lo largo de éste tiempo me he posicionado (antes era demasiado light), sin importarme demasiado (nada) el concepto que los demás se formen respecto a mí (soy así, y así seguiré, nunca cambiaré…)
Tengo un nuevo reto (secreto) que dosificando bien el tiempo libre (escaso), conseguiré (si no flaqueo en el intento). La falta de tiempo es relativa. Cuando las cosas son importantes, se encuentra el momento, y esto lo es. Lo es hoy. No sé mañana.
A todos gracias (a los fieles, a los casuales, a los causales, a los tímidos, a los ausentes, a los eventuales, a los que os marchareis, a los que no habéis llegado aún…), por vuestros minutos invertidos en una más.
Sed felices.
Hoy es mi turno… otra vez.
Éste es mi segundo reencuentro con el momento en que determiné “tomarme en serio” aquel conato de blog desangelado que abandoné por falta de constancia y ganas. El año pasado batí mi record de resistencia (dada mi naturaleza a cansarme pronto de las cosas que emprendo, como ya expliqué en aquella ocasión), a lo largo de 365 días, escribí un post todas las semanas, desafiándome a mi misma, “misión cumplida”. Lo logré. No es ninguna hazaña comparándolo con la frecuencia con la que escribís algunos de vosotros (asombrada me tenéis), soy incapaz de escribir tanto, además de muy estricta con mis costumbres: de lunes a viernes, el único ordenador que enciendo es el del trabajo (demasiado pc para mis ojitos), y en el trabajo, solo trabajo (y pienso).
Mi particular “arjé” (me encanta esta palabra, la primera que me impactó en mis aproximaciones filosóficas de antaño), fue experimental y sobre todo diplomático. Probaba y probaba, procurando que nadie se molestase (mis dos o tres lectores, gracias), si no elegía bien las palabras. La experiencia me ha enseñado que hay sensibilidades que se hieren solas, y que cada quien, interpreta las palabras a su modo, sin que mi intermediación sea directa.
Ahora soy una exhibicionista más (yo, tan recatada en mi conducta), y he aprendido leyendo vuestros blogs y comentarios, a desprenderme de algunos lastres.
Diplomática aún (nunca he dicho tacos, ni hago uso de partes de la anatomía femenina-masculina, para describir o valorar situaciones o circunstancias, aunque me divierte el uso que hacéis de ellos en la virtualidad del medio o realidad que hay más allá de las paredes que encierran éste instante), a lo largo de éste tiempo me he posicionado (antes era demasiado light), sin importarme demasiado (nada) el concepto que los demás se formen respecto a mí (soy así, y así seguiré, nunca cambiaré…)
Tengo un nuevo reto (secreto) que dosificando bien el tiempo libre (escaso), conseguiré (si no flaqueo en el intento). La falta de tiempo es relativa. Cuando las cosas son importantes, se encuentra el momento, y esto lo es. Lo es hoy. No sé mañana.
A todos gracias (a los fieles, a los casuales, a los causales, a los tímidos, a los ausentes, a los eventuales, a los que os marchareis, a los que no habéis llegado aún…), por vuestros minutos invertidos en una más.
Sed felices.