24 abril 2011

Cosas que pasan (por mi mente)

Me caí de un guindo, seamos honestos, y tan fuerte fue el golpe que recibí en la cabeza, que perdí el juicio inevitablemente.
No sé lo que me entró en el cuerpo, por lo pronto, un calor ascendente que culminó en mi rostro, retratándose en las mejillas.
Precisar que me puse colorada, definiría sutilmente el rojo pimiento adoptado en pocos segundos, los que tardé en enamorarme locamente de él.

He borrado los recuerdos irrelevantes de aquel encuentro, nada era ni tan ni más importante que él. Solo puedo afirmar que fue mirarnos y toda yo me encendí. No exagero un ápice si confieso que hasta lugares estratégicos, comprendí con la práctica después, empezaron a palpitarme.
Me enamoré, me enamoré y me enamoré. Fue al instante, sin elección, y a él le gustó tanto mi evidencia, que se sirvió de ella para substraerme el jugo, y bebérselo hasta la última gota.

Las locuras que hacemos abanderadas por el amor, se reconocen como tales cuando el amor ya no existe, entretanto son muestras de “cuanto te quiero”, y le quise tanto, pero tanto, tanto, que me dejó seca.

Cuando acabó conmigo continuaba siendo un memo, ni siquiera nuestro romance planeado, le procuró un poco de desparpajo intelectual, acostumbrado a solucionarlo todo con su encanto. Ese año me eligió a mí y gracias a su acierto, aprobó la secundaria y ahora es ingeniero, igual que yo, aunque sé, que para asegurarse resultados en la facultad y no depender exclusivamente de mis excelentes conexiones neuronales, ocupó camas ajenas a las que improvisábamos, cuando estábamos solos.

Me arrastró a una relación inexistente, a una profesión que cada día me gusta más, y me dejó sin salvavidas ni analgésicos para el dolor.

El que alterna el blanco y el rojo es él ahora.
Se encontró conmigo sabiendo que lugar iba a ocupar en su vida y trató de ponerme de su parte, utilizando las mismas armas seductoras del ayer, pero ya no me caigo de guindos. Aprendí a sujetarme a las ramas la primera vez, aunque no fuera exactamente lo que hiciera.

Soy su jefa, es mi subordinado y creo con la honradez que cabe en mi cuerpo, que “todo” mereció la pena, por verle a mis pies.







6 comentarios:

Uno dijo...

No me gusta a mi eso de que uno tenga que estar a los pies del otro, ni en el amor, ni en la profesión.

Todos iguales y cada uno con sus tareas.

Saludos desde tu pueblo

zimbagüe dijo...

No se puede ser lumbreras ni rico,que luego no se sabe porque se te acerca la gente si por interés o por interés :)

Un abrazo.

sofiasaavedra dijo...

Todas las relaciones son interesadas, aunque a veces el interés que el otro tenga por nosotros, no sea el que nos convenga.
Se puede ver así, durante un periodo, cada cual obtuvo lo que quiso y ahora los dos son tan perdedores como ganadores.

Un beso.

carlosideal dijo...

Danieluski el rencor a veces no lleva a ninguna parte, el pasado, agua llovida es y bien absorvida quede.
Echar raies en elpasado, no deja avanar. Esta muchacha se podría aliar onel aprovechado y los dos iráin más contentos al trabajo :)

Un beso.

La Frufrú dijo...

Bien merecido lo tiene el molzabete este, que seguro que no fue ni cuidadoso cuando dejó a la chiquilla.

Que sufra lo que hizo sufrir, y ala otra que lo disfrute.

Aconsejo zapatos de tacón de aguja, son infalibles :)

Un beso.

Daniela Haydee dijo...

UNO: Metaforicamente significa ser más fuerte que el contrario. Entre estar a los pies de... o tener a los pies a..., la elección es clara :)

Saludos desde tu pueblo.

ZIMBAGÜE: Interesados todos, seamos lo que nos apetezca o con lo que nazcamos :P

Un abrazo.

SOFÍA SAAVEDRA: Crearse espectativas es demoledor y va en detriento de los intreses aprovechados.

Estoy de acuerdo contigo, se gana tanto como se pierde, para al final volver al punto de partida.

Un beso.

Pd: me ha gustado tu planteamiento :P

CARLOSIDEAL: Carlinhos hay cosas qeu hieren y una forma de resarcirse del padecimiento es devolvrlo cuando surge la ocasión en mayor o menor grado.

No es lo más conveniente, pero tampoco se está demasaido en los cavales para hacer buen uso de la ética. :P

Un beso.

LA FRUFRÚ: Siembra vientos y recogerás tempestades. A fin de cuentas, la vida te pone en tu sitio y el sitio es el que hemos elegido con nuestras acciones.

Los zapatos de agua me parecen excesivos, linda :P