07 marzo 2010

Internacional


A Lisís (1) no le gustaban los conflictos. Era lo que más detestaba de su época (2) y de su país (3). Le hastiaba que su marido pasara más tiempo matando a otros soldados que como él, dejaban a sus esposas en casa, comandados por “amigos de palabras parcas”, y que entre el amor (en todas y cada una de sus acepciones) y la guerra, eligiera lo segundo.

Demasiado tiempo sola. Demasiados ratos perdidos pensando, sólo pensando en cómo sería vivir en paz; en ver a su marido ocupar todas las noches una alcoba que sin él parecía más grande. El vacio se la comía; los sueños se desvanecían, mientras ella permanecía como la una.

Cruzó las piernas a la desesperada (4).
Difundió sus propósitos a otras mujeres, que al principio se escandalizaron, pues si duro era vivir lejos de sus maridos, más duro sería recibirles a su vuelta cerradas de miras e intransigentes (5) . Sacrificar sus ansias y deseos en favor de la paz. Conseguirla significaría caminar hacia adelante. Desterrar la cruz de su existencia. Satisfacer su vitalidad.

Lisís no cejó hasta convencer a las esposas de los soldados de los bandos en conflictos, de que la forma de lograr que aquello que negarían (y se negarían) fuera dado, era convocando una huelga indefinida. Sin la firma de la paz, paz no habría en el hogar.

Los esposos aguantaron. Eran soldados. Los soldados luchan. Sus mujeres solo estaban enfadadas, pero acabarían cediendo y accediendo a sus voluntades. Los enojos pasan, ellos estaban entrenados para resistir, pero hasta la resistencia tiene un límite y el fondo eran ellas.

Abandonaron la lucha, faltos de lo que necesitaban, de lo que les hacía querer volver a casa, de lo que hacía que marcharan a la guerra para reencontrarse con ellas tras la batalla. La paz fue firmada.

El espíritu de Lisís permaneció en otras mujeres más adelante (5), que propugnaron “libertad, igualdad y fraternidad”. Ser una voz, ser un voto. Poder elegir a los mandatarios, sometiéndose a ellos por decisión propia, y no solo del hombre que duerme al lado.

El mundo despierta tarde, y aun medio dormido asume que tal vez se nos pueda oír, con o sin razón; sin la necesidad de celebrar días internacionales que conmemoren la lucha de mujeres que perecieron bajo la escasa compresión de sordos profundos, y que nos hagan diferentes por tener día propio, cuando lo que defendemos es IGUALDAD PARA TODOS.

La libertad acaba cuando empieza la de el de al lado.

A tener en cuenta:

(1) Lisístrata, famosa obra de teatro en la Grecia Clásica, escrita por Aristófanes.

(2) Antigua Grecia, siglo primero, a.C.
(3) Grecia, donde las guerras eras continuas entre las distintas regiones. Son especialmente conocidas las que tuvieron lugar entre Atenas y Esparta.
(4) En la obra Lisístrata, se denomina a la rebelión de las mujeres, como la huelga de piernas cruzadas.
(5) Las mujeres de los soldados (de los bandos implicados), se negaron a mantener relaciones íntimas con sus maridos, hasta que estos no
desistieran de ellas (de las guerras, no de las mujeres) firmando la paz.
(6) Revolución Francesa: las parisinas dirigieron sus pasos hacia Versalles, pidiendo libertad (tener los mismos derechos que los hombres), igualdad (tener la misma consideración que ellos) y fraternidad (ser tratadas como hermanas, no como hijas) y exigiendo el sufragio femenino.


6 comentarios:

sofiasaavedra dijo...

No me parece mal que se celebre el día de la mujer, que cada cual haga lo que quiera, pero las mujeres de a pie, están trabajando, ocupándose de sus casas y de sus hijos y no en actividades organizadas por el ayuntamiento. Mujeres somos durante todo el año.

Las reflexión final es muy acertada, respétame y te respeto :)

Uno dijo...

Dudo que nunca se pueda establecer la igualdad entre hombres y mujeres, como mucho se podría conseguir un equilibrio justo para todos.

Es muchos aspectos la igualdad es posible y ya existe. En otros, sin embargo, será muy dificil de implementar. Hay casos, la gran mayoría, en que los hombres ejercen una posición dominante axfisiando a la mujer. En otros, por el contrario, los menos, pero haberlos haylos, la mujer tiene y obtiene mucho más beneficios que el genero másculino.

Si, tendría que darse esa igualdad hasta que se pueda, que nunca el hecho de ser de un genero, mujer o hombre, sea una traba. Pero también habría que potenciar el respeto y la comprensión... y olvidarnos de estupidas batallistas de guerras de sexo que no conducen a nada productivo, salvo una risas momentaneas para algunos/as.

Qué a nadie le sea un estrobo tener el genero con el que nació para ser feliz, por ningún impedimiento social, legal o cultural.

Saludos

carlosideal dijo...

Dani, para que seais iguales que nosotros (yo no querría en vuestro lugar ;)) se me ocurre que nosotros movamos ficha y celebremos nuestro día igual que vosotras,pero si motivos históricos, solamente porque sí :)

la frufrú dijo...

Me gusta el resumen que has hecho y me parece curioso que un hombre escribiera sobre mujeres en huelga y la forma de manifestarse, dando importancia a algo que no debería tenerla tanto como otras cosas.
A lo mejor se trataba de una crítica a su época y el relato es irónico.

Sea como fuere, me parece que desde entonces, no han cambiado demasiado las cosas, eso sí, le has dado un punto actual a la mujer de entonces.

Seremos distintos, pero a veces somos iguales :)

Un beso.

Fiebre dijo...

Me has deprimido (entre comillas) un poco.
Hoy en día, la tatataranieta de Lisis, una veinteañera muy aparente, se liaría con el único soldado custodio de la fortaleza, iría a contarlo a TV ganando un pastifal.
Y todos los colectivos de descendientes de la misma, pedirían turno para consolar al abandonado y comentarle que "escogió mal".

Gracias a las Lisis del mundo.
La sociedad a veces "involuciona" a tiempos mejores que tienen por lo que veo muchos, muchos años...

zimbagüe dijo...

En cuestiones "femeninas" no entro, aunque suene machistas. Como han dicho más arriba, que cada cual celebre lo que le parezca, aunque estoy de acuerdo contigo, de que al menos sea con coherencia.

Un beso.

Pd: ¿tres semanas con el mismo post? Daniela, que te me vienes abajo. ¡Vuelve!