03 enero 2010

Controversia



Defiendo la pluralidad, pese a no compartir algunas opiniones singulares, pero cuando he visto la foto he sonreido maléficamente y he pensado que le estaba bien empleado al ursupador de ilusiones de Laponia.

Deteniéndome en ella me ha entrado el remordimiento. Sólo es un pobre anciano con su mochilita, intentado hacer feliz a unos niños... Los niños no entienden de benefactores (todavía), reciben regalos a cambio de sonrisas. Y esos tres zafios del Oriente aprovechan que son más para atacar al ancianito de rojo, con el fin de monopolizar la entrega de presentes, y ganar en protagonismo a su antecesor de deseos cumplidos.

Por una vez, me pongo del lado de Noël (el más débil), que en una sola noche, consigue lo que tres coronas no pueden. Y si este año no ha llegado a tiempo, es porque los tricolor le han dado aceite de ricino a los renos y Klaus ha tenido que tirar del carro solo.

Santas o Reyes, que cada cual elija quién le hace feliz y deposite en él/ellos, sus ilusiones. El mundo es grande, cuantos más repartidores hayan, más niños molejos sonreiran.

6 comentarios:

carlosideal dijo...

Defensora-de-casos-perdidos, los Reyes son una institución ancestral, para que os entereis tú y el de las barbas blancas. ¡No son sustituibles!

Toma radicalismo :)

Un beso.

Uno dijo...

A mi me da igual uno que otros. Desde el punto de vista práctico, que siempre he tendido desde niño, es mejor que los regalos lleguen el 25 de diciembre que el 6 de enero. La sencilla razón es porque así tienes más tiempo de disfrutarlos durante las vacaciones.

A quién si habría que apalear es a esos padres que entierran a sus hijos bajo montañas de jugetes estúpidos que mutilan su imaginación y combierte los niños en unos reyezuelos hartos de todo y carentes de paciencia. Un lástima.

Fiebre dijo...

Yo iba a comentar algo parecido a Uno.
Que los que habría que serrar en todo caso es a nosotros, humanidad en masa, que hemos adoptado los ´jaloguins´ y Noeles de turno, imbuidos por el espíritu de globalización... y luego nos quejamos amargamente.

sofiasaavedra dijo...

Antes era muy de Reyes, ahora ni de Magos ni de Noeles, cuando quiero algo, lo compro, aunque no sea para mí. Esperar es perder el tiempo, y el tiempo es imprevisible. Mejor disfrutar de lo que se quiere cuando se quiere :P

La Frufrú dijo...

Me quedo con todos los regaladores oficiales, a ninguno hay que hacerles feo (aunque en la foto los reyes sean malvados). En nochebuena alguna cosita cae, y como los Reyes los celebrábamos en casa desde siempre, es el día siempre para la repetición de regalos (pijamas, colonias, ropa interior, sartenes...)

Que venga el que tenga que venir, pero nunca de vacio :)

Daniela Haydee dijo...

CARLOSIDEAL: Si tu lo dices... pero con contundencias como las tuyas no llegamos a ninguna parte. Ábrete al pluralismo, y verás cuantas variedades hay en e mundo :P

Un beso.

Pd: ¿pero no te da pena el nacianito colgado?

UNO: no esperes otra cosa en la época del consumismo. Hay padres que piensan que regalando a sus hijos todo lo que les piden, les desmuestran cuan grande es su amor hacia ellos, u otros, que sencillamente conceden regalos, para que los niños se callen.

De todo ha de haber en la viña del señor.

FIEBRE:¡Cierto! Cada cual recoge lo que siembra, y si la cosecha sale mala quizás deberíamos replantearnos otras "técnicas" de cultivo.

¡Pero que campestre me he puesto!

SOFÍA SAAVEDRA: buena máxima la tuya, pero a veces nos gusta vivir de ilusiones, desconocer lo que nos llegará. Deberíamos encontrar el equilibrío entre ambos factores :P

LA FRUFRÚ: la ventaja de recibir todos los años los mismos regalos, es que al final puedes elegir cual es el menos feo ;P