Es posible que exagerara un poco la realidad, pero el fin era noble.
Entré insegura, aparentando que controlaba la situación; que el terreno no me era del todo desconocido y que a lo largo de mi vida, otros encuentros como ése se habían producido; no demasiados, sólo los justos. No quería que pensara que iba “aprendida de todo” y que esta vez sería sólo una de tantas otras por las que estaría dispuesta a pasar hasta alcanzar la meta, sino que era importante estar allí en ese momento, pero no lo más importante. Importancia moderada.
Entré insegura, aparentando que controlaba la situación; que el terreno no me era del todo desconocido y que a lo largo de mi vida, otros encuentros como ése se habían producido; no demasiados, sólo los justos. No quería que pensara que iba “aprendida de todo” y que esta vez sería sólo una de tantas otras por las que estaría dispuesta a pasar hasta alcanzar la meta, sino que era importante estar allí en ese momento, pero no lo más importante. Importancia moderada.
Me senté en la silla repasando rápidamente el protocolo (piernas juntas; espalda recta; cabeza alta; no cruzar brazos; no apartar la vista de sus ojos así el vecino de arriba taladre el techo, dejando caer escombros) y después de un saludo cordial que evidenció nuestra posición en aquella reunión, hablé de mí, escogiendo las palabras precisas que me hubieran gustado oír si mi lugar hubiera sido el del contrario.
Proceso de datos: (a la vez que continuaba monopolizando la entrevista) mujer joven y por la indumentaria, moderna. Trato agradable aunque distante. Buena oyente. Predilección por la literatura (cuando saqué el tema, las orejas se le separaron un poco de la cabeza orientándose hacia la procedencia de mi voz, y los ojos se le abrieron ligeramente, renovándose su interés por mi monólogo).
La voz se me fue secando gradualmente. Insistí en la literatura, invitándola a que interviniese con mis pausas. Ya conocía lo que yo hubiera querido saber de cualquier persona en mi situación. Era el momento de que ella hablase, de que se explayase en un terreno en que se sentía cómoda y a través del cual yo podría acercarme más a lo que perseguía.Empatía.
Procesando datos: le gusta la literatura. Mujer joven, moderna, sensible. No le cuesta hablar sobre sí misma: natural y sencilla.
Conversamos. No hacía demasiadas preguntas (poca práctica en entrevistas laborales, estaba tan asustada de que la falta de experiencia la delatase, mostrándome sus puntos débiles, como lo estaba yo de no agradarle), pero fue una observación suya la que hizo que me alejara brevemente de la verdad, la única existente.
-Veo que dominas varias lenguas…
-Veo que dominas varias lenguas…
Procesador en marcha: cree que hablo idiomas. Hablar idiomas igual a facilidad para la adquisición de nuevos conocimientos. Punto a mi favor. Soy adaptable. Y los sería al menos en dos países distintos más…
En esa parte del currículum tal vez me excedí un poco… ¿quién no lo hace? Muchos tenemos como poco conocimientos medios de los idiomas que nos enseñaron (o lo intentaron) en el colegio y bachillerato (sí, fui bachiller) y es bueno que los demás lo sepan… Catalán (sí, sí, éste sí, aunque al sudoeste de la península no me sirva de mucho, mi tierra habla por mí); francés (bueno, con el francés empecé hace un par de años… en dieciocho más, me confundirán con una autóctona); inglés (es perfecto, sólo que habitualmente no lo hablo porque las personas de mi entorno no me entenderían ni yo a ellos), y castellano (lengua materna, aunque no tenga demasiado valor, ya van cuatro).
Intercambiamos unas palabras más antes de la despedida.
No quería aquel empleo para beneficiarme de una cantidad a final de mes a cambio de mis especias, sino porque de naturaleza activa, en mi interior tenía el irrefutable convencimiento de que podría ser útil (como en el libro "Las normas de la casa de la sidra" de John Irving, sus personajes) a esa empresa, si además me recompensaban por ello, no les haría el feo de rechazar su bondad. Me necesitaban tanto como yo a ellos.
No quería aquel empleo para beneficiarme de una cantidad a final de mes a cambio de mis especias, sino porque de naturaleza activa, en mi interior tenía el irrefutable convencimiento de que podría ser útil (como en el libro "Las normas de la casa de la sidra" de John Irving, sus personajes) a esa empresa, si además me recompensaban por ello, no les haría el feo de rechazar su bondad. Me necesitaban tanto como yo a ellos.
Dos días más tarde, me dieron el “sí, quiero”, y desde entonces, decenas de libros he leído.
Pd: puede que haya empezado el año con la moral elevada más allá de las nubes, pero todo depende del color con que se mire… (Jarabe de Palo) “No preguntes lo que tu empresa puede hacer por ti, sino lo que tú puedes hacer por tu empresa” (John Kennedy).
Pd: puede que haya empezado el año con la moral elevada más allá de las nubes, pero todo depende del color con que se mire… (Jarabe de Palo) “No preguntes lo que tu empresa puede hacer por ti, sino lo que tú puedes hacer por tu empresa” (John Kennedy).
8 comentarios:
¡Soy la prime!
Demasiadas cosas te dan tiempo ha hacer en una entrevista de trabajo. Cuando he tenido una, sólo pensaba en salir de allí cuanto antes. Nada de protocolo, ni de analisis al interlocutor. ¡HUIR!
¡Enhorabuena por conseguirlo! Que dure tantos años como quieras.
Un beso.
Bueno, no todos mentimos, yo hablo seis idiomas, domimino todo tipo de programas informáticos, tengo 1800 pulsaciones por minuto, he desempeñado grandes cargos dentro de empresas multinacionales, pero como no soy nada ambicioso, decidí dedicarme a la administración privado y que no te quepa la menor duda, de que soy el que mejor prepara el café en la oficina, por eso mi jefe me pide uno, todos los días.
Un beso, embaucadora.
No, no. Creer poderosamente en nuestras posibilidades no es mentir, sino confiar en nosotros mismos... Quien esté libre de pecado que tire la primera piedra.
Besos.
Esto... .Y ¿en qué consistía el tragbajo?
Lo mejor que puedes hacer para mantener al día tu inglés es leer la versión inglesa de las entradas de mi blog. Sin duda eso te pondrá a la últimas.
Bueno, enhorabuena, aunque nos se bien por qué.
Saludos iniciales
Ni caso a este vecino de arriba, siempre tan simpático... Menos mal que su profesión no es hacer entrevistas de trabajo.
Por cierto ¿y para qué trabajo era? :)
Una mentirijilla piadosa siempre se acaba perdonando; aunque importante fue que te diesen el trabajo, más importante es que te encuentres a gusto en el.
Enhorabuena por ese “si, quiero”.
Un saludo.
Excelente pintura de Munch, muy descriptiva de lo que realmente se desea hacer en situaciones como esas. Te felicito por el analisis realizado de tu interlocutor, y sobre todo, por los frutos obtenidos.
Un beso.
LA FRUFRÚ: en momentos "extremos" es sorprendente como la mente reacciona. Se trata de "supervivencia".
Besos.
Pd: gracias por ser la prime.
CARLOSIDEAL: te felicito y emplazo a que continues en esa linea. ¿Para que optar a lo mejor, cuando lo que se tiene ya es muy bueno? Admirable.
Besos.
ZIMBAGÜE: visto así, no exageré nada, quizás sólo creí demasiado en mí misma, pero mereció la pena.
Un beso.
UNO: el trabajo "era" justamente el mismo que desempleo ahora.
No estoy muy segura de quererme mantener al día con tus lecturas... Quizás sea un nivel inalcanzable para mí.
Gracias, aunque tampoco sé muy bien por qué.
Saludos de intermedio.
BREUIL: trabajo administrativo en sector inmobiliario, y si mi empresa me necesita tanto, es porque soy la única empleada, sin nadie en mi puesto, no hay oficina que abrir todas las mañanas :-)
Saludos con frío pero sin nieve.
SATURNINO: Gracias. Sí me encuentro muy cómoda, aunque a veces no me gustaría estar en mi lugar.
Un saludo.
SOFÍA SAAVEDRA: muchas gracias. El grito de Munch representa justamente lo que sentí mientras me acercaba al lugar de la entrevista. Dos días más tarde, aún tenía ganas de gritar.
Un beso.
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