15 junio 2008

Desencuentro


Coincidimos en una plaza veinte años más tarde. Nos miramos unos segundos cuando se produce el encuentro causal, el tiempo suficiente para percatarme que aun habiendo cambiado su físico algo, persiste en su rostro el semblante que tanto me gustó durante una larga temporada.

“Él no sabe que guardo un folio suyo manuscrito a lápiz, que una amiga que iba a su clase me consiguió en la biblioteca disimuladamente, que de vez en cuando reveo retrocediendo al pasado; ni que me encantaba su camiseta granate con el número 56 en amarillo que tantas veces llevaba puesta; ni que cuando descubrí dónde vivía, una calle más abajo que yo, cada vez que pasaba por su portal tenía la esperanza de encontrarle y arrancarle una mirada de soslayo; ni tampoco sabe que envidiaba a su novia por estar siempre con él... No sabe que el curso se me hizo muy corto y que con su final, mi final se precipitó... Que todavía le recuerdo...”

“Ella no sabe que aquel día en la biblioteca me di cuenta de cómo una compañera de clase con la que solía estudiar, amiga suya, deslizaba en el interior del bolso de ella, a su paso por delante de su mesa, una de las bolas de papel que yo había acumulado encima de la mía, que había cogido con el pretexto de tirarlas a la papelera de camino a la salida; ni sabe que la camiseta que llevaba puesta aquella tarde, la usaba a menudo porque me recordaba ese momento; ni que muchas veces me asomaba a la ventana de casa para verla pasar; ni que la chica con la que siempre iba, era sólo una amiga de la infancia... No sabe que me gustaba, que esperé que las cosas se dieran por si solas, y que al terminar el curso, el último antes de ir a la facultad, lamenté no haberla conocido… Que aún la recuerdo...”.

Nuestra mirada acaba con el esbozo de una sonrisa improvisada, más que por una complicidad inexistente entre ambos, hacía nosotros mismos como respuesta a la añoranza de momentos que algún día dejarán de ser presente.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola ricura

Amor platónico... ni siquiera amor, sólo un poco de atracción para hacer los días más agradables.

Es mejor que no se produjera el conocimiento para evitar saber lo mal que podría haber ido... o lo bien.

Un beso categórico.

Pd: esto me hace pensar en las veces que me contuve... Dejé que las cosas sucedieran por si solas y no se dieron, pero me han quedado muy buenos recuerdos... ¿No sería yo él, Da?

Uno dijo...

Tonto la una, tonto el otro.

¿Si ves que el viento arrastra por el suelo de una calle un billete de 20 euros lo seguirías?

Pues si se es tan decidido para lo material, que menos que serlo igual para lo menos material que puede producir mayor riqueza.

El texto bien.

Saludos

Uno dijo...
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Anónimo dijo...

¡Pero que par de contenidos!
Podía haber sido el romance sonado de ese curso, la comidilla de los pasillos y después el nunca más.

Desde fuera es una historia muy atractiva, aunque yo si estuviera en el lugar de uno de los dos y me entero de que la empatía era compartida estoy rabiando hasta el final de mis días.

Un beso, lindísima.

Anónimo dijo...

¡¡TEMPO FUGIT!!
Si al cabo de 20 años, la vida les enfrenta otra vez, dejar todo durante dos horas y averiguar que hubira pasado es lo más sensato y después de ese par de horas, un secreto empírico para el resto de sus vidas que compartir.

Besos.

Anónimo dijo...

Hola Da.

Mantener el misterio tiene su intríngulis... ¿para qué pensar en lo que no fue si lo que es, es más interesante?

Tres hurras por el par de tortolitos no declarados.

Un beso.

Daniela Haydee dijo...

CARLOSIDEAL:¿Lo eras? Nunca lo sabremos, y como bien dices, es lo mejor, para lo uno o para lo otro.

Eso sí, si alguna vez quieres algo
de verdad, no lo dejes pasar, que luego no tienen retorno.

Un beso.

UNO: Pues no, no persiguiría ese billete de 20 € al menos que fuera mío, y dejaría que el viento lo hiciera llegar a quien lo quisiera para sí.

Sabia uno, sabia la otra :)

Saludos.

LA FRUFRÚ: el problema no son los sucesos, sino como los afrontemos y si en la filosofía de vida de cada uno, está el dejar pasar las cosas para ignorarlas una vida entera, el respeto lo tienen ganado.

Besos.

SOFÍA SAAVEDRA: no digo yo que no sea buena idea, olvidarse de todo durante dos horas y después recordar u olvidar...

Besos.

ZIMBAGÜE: te acercas mucho a mi posición, aunque en el fondo, a lo mejor realmente no querían conocerse o se les hizo tarde.

Un beso.