Época de transiciones y liberación social en la que se empiezan a dejar atrás ciertos remilgos, nada beneficiosos para el conocimiento profundo entre ellos y ellas.
Otra estética, otro modo de enfocar las situaciones a las que la vida nos somete, cuando avanzamos en ella.
Obviando la interpretación vocal, el dramatismo que este dúo utiliza para tratar la necesidades amatorias de la pareja, es el reflejo de lo que para hombres y mujeres significaba "ir más allá": para ellos el "momento esperado por fin llegado", para ellas, un conflicto moral olvidadizo hasta "después de..." y al que sucumbirán reiteradamente.
Corría el mismo año, segunda joya musical dispersa.
Tapujos fuera. Exhibicionismo de sentimientos públicos. Explosión de pasiones.
Entre contracciones del universo (Teoria del Big Crunch); efectos mariposa; japoneses con concepciones acerca de la realidad muy afincadas en su fuero interno y mundos oníricos ha versado mi mundo “cinematográfico” estos días.
La fogata que se hace en un bosque puede ser el inicio de un romance trágico: el humo se eleva hasta el cielo, el viento lo desplazará hasta la noche y la noche lo acogerá para que ascienda en secreto a la capa de ozono y en cualquier otra parte del mundo, a consecuencia de esto, un rayo de sol cargado de maldad ultravioleta, quemará la piel en la playa de un rubio muy blanco en su primer día de vacaciones, y una morena autóctona, se compadecerá del clarito y le prestará su loción “After Sun”. En el contacto visual surgirá el amor, y el desamor llegará al cabo de los años: el rubio achicharrado se tirará de un puente al descubrir a la morena distrayendo su moral con chico de anuncio sin barriga ni pretensiones de presumir de ella. El efecto mariposa y su forma de trastocar la vida de seres que serían más felices sin el aleteo de insectos con antenas… o no.
Mientras esto ocurre, es posible que el universo se haya empezado a contraer. Según me ha explicado UNO (esto ocurrirá en varios millones de años), el universo se expande cuan huevo frito sobre aceite muy caliente, y llegado a un límite, empezará a contraerse hasta su origen, el Bing Bang, dejando de ser todas las cosas lo que han estado siendo (no preciso en que parte del proceso nos llega el turno a nosotros) . A esto se le llama Big Crunch, y no tiene nada que ver con chocolates, mal me pese. La idea de un Crunch gigante me entusiasmaba. (Las vidas posibles de Mr. Nobody).
En Japón habrá alguien que piense que la vida tiene tan poco valor, que la de los demás le será prescindible y tomará medidas drásticas al respecto. Para encontrarle el sentido a la existencia, es indispensable que en la infancia nuestros tutores (padres) nos enseñen que matar no está bien, o al menos que se lo enseñen a los niños japoneses que aparecen en cierta película, como mentes retorcidas que rozan el sadismo. Pretender el reconocimiento público de aquello en lo que destacamos tiene sus límites, si apreciamos nuestra vida y somos capaces de apreciar la de los demás por extensión. La redención de nuestros malos actos, será el sufrimiento, aunque sea en balde. Sufrir es remedirse. Vengarse, perdonándole la vida al sujeto aunque se le haya hecho creer a éste que se está muriendo poco a poco o que lo que más quería en la vida ha desaparecido, es ponerle al borde de colapso. Matarlo sutilmente. (“Confessions Kokuhaku”).
Alguna vez me ha pasado que he tenido un sueño dentro de un sueño, del que me he despertado dos veces. En esas pocas veces, al despertar del sueño, no he sabido hasta que punto lo soñado era realidad. He tenido que levantarme, con el corazón agitado y el temor de que lo vivido intensamente no fuera una ficción creada por el subconsciente sino las circunstancias del momento, y he caminado por la casa encendiendo todas las luces para comprobar que diferencias había entre el sueño y la noche anterior. Ninguna. Solo se trata de cortometrajes en los que vivimos de otra forma la vida y al despertar, nos queda la sensación de que lo que hemos presenciado es tan real como lo que hemos sentido mientras dormíamos. (Origen).
Para los amantes de historias nada fáciles de entender, que les apetezca perderse y volverse a encontrar delante de la pantalla y plantearse después viejas ideas universales, tres películas de las que no te dejan indiferente, independientemente de lo que te hayan parecido. Las he visto en la misma semana y desde entonces, los pensamientos me tienen muy distraída. Solo para valientes.