23 agosto 2009

Sandías

En esta región extremeña, la ingesta de la sandía sigue un proceso muy similar en todos los hogares, que suele producirse al mediodía, cuando todos los miembros de una familia se reúnen para comer.

1.- Colocación del manjar.

La ubicación que se le da a la sandía, es en el centro de la mesa, para que todos puedan verla bien y seguir el proceso sin dificultad alguna.

2.-Control de calidad del género.

Se golpea la sandía con los nudillos. Dependiendo del sonido que ésta emita, que puede ser de “muy hueco” a “levemente hueco”, se determinará “a priori”, si la sandía es “buena” o “mala” (para evitar sorpresas, es aconsejable que esta misma operación se lleve a cabo en el punto de venta del producto).

3.-Corte y confección

Se introduce la punta del cuchillo (cuanto más grande sea éste, más limpio saldrá el corte de la “tajá”, en extremeño, o tajada). En este paso es importante tener en cuenta dos factores: si al introducir el objeto cortante, sale un poco de líquido rosado y el crujir de la carne. Si se dan éstas dos circunstancias, la fruta “está para comerse”. Si por el contrario no sale jugo y no cruje lo suficiente, está “pasada” (o demasiado hecha).

4.-Vista y olfato.

Una vez la sandía está partida en dos mitades, se observa su color y se percibe su olor. El rosado degradado a blanquecino y ligero aroma, es síntoma de que la sandía es “esaboría”. El rojo pasión y fuerte fragancia a fruta tropical, indicará que es “sabrosa” o “jugosa”.

5.- Degustación.

Último y definitivo paso. Se completa el proceso cuando el diente es hincado en la fruta. Hay quienes, llegados a éste punto, se ayudan de un cuchillo o navaja, para quitar las pipas antes de probar la sandía. Para una degustación satisfactoria, es aconsejable morder la sandía con pipas incluidas y una vez se haya separado en el interior de la boca las mismas de la carne, expulsarlas sobre un plato, o en su defecto sobre la mesa con cuidado de no apuntar a nadie.

En la ingestión de la sandía, los comensales llegan a la conclusión de que la fruta es engañosa, pues el sonido, el color, y el crujir, sólo son conjeturas que no se sostienen en base sólida, y siempre habrá alguien a quien le guste mucho (“esta tajá ha salido buena”) y alguien a quien no le guste tanto (“pues mi tajá no tiene mucho gusto).

Nota de la autora: El proceso también resulta útil para la degustación del melón.

9 comentarios:

carlosideal dijo...

¡Que post más refrescante!
Mientras te leía se me iba haciendo la boca agua.

Ese ritual que describes se repite en muchas otras poblaciones, aunque tal vez con menos aire solemne. Para gustos, colores. Para sandías, paladares varios.

Nunca nos pondremos de acuerdo.

Un beso.

Uno dijo...

Totalmente de acuerdo contigo. El testeo e ingesta de la sandia (y el melón) conlleva asociada toda ese folclore y puesta en escena. Quizás rídiculo si se ve desde fuera, pero ¡cómo lo viven! :-)

Fiebre dijo...

Me has dado envidia.

Es de las pocas malas que tiene el vivir sola.
A ver quién es la ´mona´que compra cinco kilos en canal de sandía...

Pero recuerdo a mis abuelos, extremeños de pro, y el ritual era idéntico.

Anónimo dijo...

¡Que entrada más fresca! Me ha refrescado el paladar de buena mañana. Y ya si hablas del melón ... postre de verano en la historia de mi vida. Es lo que tiene estar a dieta constante ;)

La Frufrú dijo...

Me apetece tomarme algo fresquito, algo como una "tajá", de sandia (el melón se me hace muy pesado), y si es pasado por la trituradora, mucho mejor, así evito dar a nadie en un ojo con mi buena punteria.

Voy a ver que tengo en la nevera.

Un beso.

Pd: estaré delirando, querida Da, pero lo de expulsar las pipas, me ha recordado a cierta escena de Titanic en la que los dos protas, expulsaban cierto fluido (no frutal) por la borda... Cosas mias.

sofiasaavedra dijo...

El pepino también es muy refrescante en verano, claro que para comerlo no se hacen ceremonias tan divertidas (al menos por como lo has contado) como la ingestión de la sandia.

Por cierto, no me gusta ni la sandia ni el melón, será por eso que abuso del pepino :)

Un beso.

Daniela Haydee dijo...

CARLOSIDEAL: solo pensar en sandias es refrescante :)

El ritual puede aplicarse a cualquier alimento, es una excusa para reunirse con la familia.

Un beso.

UNO: he presenciado muchas degustaciones y todas son iguales. No es lo mismo observar (como hago yo) que participar (comiendo sandía y opinando). Será que una sandia no deja de ser un sandia :P

FIEBRE: siempre puedes invitar a amigos para comer sandia, con la ventaja de que tu eliges el momento y no te lo imponen todos los días (solo durante el verano, claro) :P

AL GOLPITO: aunque no sea nada "sandiera" ni "melonera", reconozco que son frutas, que por el olor resultan refrescantes y si además van bien para las dietas, doblemente beneficiosas :)

LA FRUFRÚ: los más pequeños, suelen jugar a ver quien tira las pipas más lejos (no solo es una, sino varias), casi como en Titanic :)

Un beso.

SOFÍA SAAVEDRA: a mi tampoco me gustan, pero al contrario de ti, no abuso del pepino (este año ni lo he probado), si acaso de los palitos de cangrejos.

Un beso.

Luna Azul dijo...

Huyyy aprovechando que la tengo en casa, me voy corriendo a comer un trozo que se me ha hecho la boca agua.

Daniela Haydee dijo...

Disfruta de la o las "tajás", que en veranos intensos, es de lo más refrescante :P

Un abrazo.