Todo empezó un domingo.
Un hombre viaja a Oriente Medio y es recibido por el comité de bienvenida con vítores, a la par que ramas de olivos y palmas son agitadas en señal de alegría.
El recién llegado visita al día siguiente un templo, pero un mercado se encuentra lleno de comerciantes en lugar sagrado, a los que reprende escandalizado por sus actividades y echa de allí, considerándolos irrespetuosos y precursores de negocios en vez de rendir culto.
A las pocas horas, en casa de un amigo una mujer le lava los pies, y el viajero ve en aquel gesto el desenlace de su vida y así se lo comunica a sus acompañantes, que le escuchan horrorizados.
Unas monedas de oro cuesta la vida de un hombre, cuyo carisma encandila a cientos de personas, que los que carecen de él, se encolerizan temerosos de que el poder se acumule en un solo hombre, el único con la sensatez suficiente como para remover conciencias anticuadas.
Fue después de una cena cuando el viajero se despide de su familia, antes de pasar unos momentos bajo las estrellas de la noche con los amigos que le acompañaban y ser arrestado sin motivo alguno.
El resto de la noche es interrogado y torturado para que confiese ser algo que no es, y así proporcionarles una razón a los mandamases para condenarlo rigiéndose por leyes establecidas, pero un hombre transparente, no oculta, es lo que muestra.
Al quinto día de su llegada, injurias y calumnias acaban con la vida del viajero, sin que éste entienda porque la incomprensión se extiende entre aquellos cuyas mentes se estrechan cuando cambios les acechan, y su vida entrega a favor del libre pensamiento.
Dos días transcurren. Dos días es llorado.
Al tercero, empieza a vivir de otra manera, permaneciendo en el recuerdo de sus allegados; trasmitidas sus vivencias de generación en generación; perdiéndose algunos detalles, añadiéndose otros que lo hagan más grande.
Sólo era un hombre; un hombre con historia, que en función de quien la cuente y como la cuente encanta a serpientes o repele a insectos.
El origen de la santa semana tuvo lugar un domingo y se prolongó siete días. Para algunos –la mayoría- son días vacacionales; para otros conmemorativos de un suceso y para mí, son días sorpresivos, en los que aquellos que le cierran la puerta (de un buen portazo) a un mendigo que sólo pide un poco de comida, se visten de nazarenos y caminan descalzos en procesiones, arrastrando cadenas, penitentes.
Un hombre viaja a Oriente Medio y es recibido por el comité de bienvenida con vítores, a la par que ramas de olivos y palmas son agitadas en señal de alegría.
El recién llegado visita al día siguiente un templo, pero un mercado se encuentra lleno de comerciantes en lugar sagrado, a los que reprende escandalizado por sus actividades y echa de allí, considerándolos irrespetuosos y precursores de negocios en vez de rendir culto.
A las pocas horas, en casa de un amigo una mujer le lava los pies, y el viajero ve en aquel gesto el desenlace de su vida y así se lo comunica a sus acompañantes, que le escuchan horrorizados.
Unas monedas de oro cuesta la vida de un hombre, cuyo carisma encandila a cientos de personas, que los que carecen de él, se encolerizan temerosos de que el poder se acumule en un solo hombre, el único con la sensatez suficiente como para remover conciencias anticuadas.
Fue después de una cena cuando el viajero se despide de su familia, antes de pasar unos momentos bajo las estrellas de la noche con los amigos que le acompañaban y ser arrestado sin motivo alguno.
El resto de la noche es interrogado y torturado para que confiese ser algo que no es, y así proporcionarles una razón a los mandamases para condenarlo rigiéndose por leyes establecidas, pero un hombre transparente, no oculta, es lo que muestra.
Al quinto día de su llegada, injurias y calumnias acaban con la vida del viajero, sin que éste entienda porque la incomprensión se extiende entre aquellos cuyas mentes se estrechan cuando cambios les acechan, y su vida entrega a favor del libre pensamiento.
Dos días transcurren. Dos días es llorado.
Al tercero, empieza a vivir de otra manera, permaneciendo en el recuerdo de sus allegados; trasmitidas sus vivencias de generación en generación; perdiéndose algunos detalles, añadiéndose otros que lo hagan más grande.
Sólo era un hombre; un hombre con historia, que en función de quien la cuente y como la cuente encanta a serpientes o repele a insectos.
El origen de la santa semana tuvo lugar un domingo y se prolongó siete días. Para algunos –la mayoría- son días vacacionales; para otros conmemorativos de un suceso y para mí, son días sorpresivos, en los que aquellos que le cierran la puerta (de un buen portazo) a un mendigo que sólo pide un poco de comida, se visten de nazarenos y caminan descalzos en procesiones, arrastrando cadenas, penitentes.
No tiene más fe el que se da golpes de pecho en determinadas épocas del año, que el que da de comer al mendigo aunque no practique religión alguna, ya que fe manifiesta por la persona a la que ayuda, en lugar de profesarla hacia un hombre que no es lo que algunos nos cuentan, sino lo que no interesa que se sepa… Solo era un hombre.
11 comentarios:
Are these your paintings. They are very good.
¡Sí señor!
Un hombre de carne y hueso y con todas las debilidades de cualquier ser humano, pues humano era y mucho mejor de como lo pintan esos señores que explican los sucesos como si fueran cosas buenas.
Un beso.
Pd: muy bien lo de tu segundo post en una semana. Felicidades ;)
Hola, Da...
Me ha gustado mucho tu forma de contar la historia al más puro estilo sudoeste asíatico, como si fuera un cuento, un cuento encantador, con final devastador.
A veces me pregunto si no serás tú mi "alter ego", porque en ocasiones, leerte es como dejar ir mis pensamientos.
Un beso de un admirador (nada secreto) :)
Hasta una descreida como yo,leyéndote, encuentra explicación lógica al arrebato que inspira la figura del viajero en algunas personas.
Este hombre tal y como tú lo pintas, al desnudo, me gusta.
Juraría que esta mañana había comentado tu post... y es más recuerdo lo que escribí... algo debió pasar en el último momento y no di el botoncito de "aceptar" soy un gran desastre..
Coincido contigo por completo y me ha encantado tú forma de vestir las historias con tú estilo... es estilo que bien podríamos llamar "desvandanielismo"...
En estos días mucha gente hipócrita se azota la espalda... pero otra gente.. (y esto me ha costado años de reflexión) de corazón también se azota... es por estos pocos (espero que muchos) por lo que respeto todas las Fes... que en el caso de Judios, Árabes y Cristianos llevan 2000 años matándose entre ellos.
Buen inicio de semana.
Un beso de los habitantes de Macondo ;)
Son las ideas las importantes, los hombres sólo son meros transportes o contenedores de ellas. Con suerte pueden ser incluso creadores.
Está tan maleada la Historia que no me creo la del tal Jesús. Estoy seguro que siempre hubo muchos como él. Sólo que, como siempre, lo que interesa transciende y se exagera si interesa.
A los nazarenos les tengo alergia, hay mejores formas de reparar los errores que dando un paseito enmascarado en compañia de otros coleguitas buena cuna.
Muy vien descrito todo.
Saludos.
Posdata. El viajero esa E.T, ¿verdad?
Poco han cambiado las cosas desde la aparición de aquel hombre hace 2000 años, hoy en día siguen pasando las mismas cosas, y con mucha frecuencia lapidamos a la buena gente que hace algo por los demás, y en las más de las veces sin pedir nada a cambio.
¿Fe?, cada ser tiene su fe.
Bonito relato.
Un saludo.
¡Excelente enfoque!
Como he leido más arriba, tu visión sobre lo acontecido cambia mi visión sobre lo oído.
La existencia de la hipocresía es evidente, pero curiosamente se extiende entre aquellos que promulgan caridad humana y para los demás, excluyéndose en la práctica... En casa del hererro...
Un beso.
Parafraseando a una ninfa que me enseñó a conocerme un pelín más, digamos que el dios perfecto precisa de inteligencia... y un poco de humanidad.
Un lustro escribiendo sobre Oriente Próximo y aún no he hecho el viaje, anda que ya me vale.
Un (b)eso que no se flagela
Entendido tengo, que Jesús, fue el primer "socialista" de la historia, por su interés de procurarle a los demás una vida mejor, promoviendo en su mente ideas distintas.
Me gusta el viaje que describes, tanto, que quiero ser viajera (ocasional)y hacer la misma que el viajero de tu relato.
Un beso.
PUBLIUS: The paintings are not mine.Thank you for you visit.
SOFÍA SAAVEDRA: ¡Justo! Un buen hombre, pero ni el único, ni probablemente todo el tiempo.
Gracias :)
Un beso.
CARLOSIDEAL: es una interpretación muy libre de lo sucedido, pero más próxima a la realidad que a la fantasía desbordada de los señores de negro (como en la peli, algunos de estos tambien son exterminadores, pero de almas).
Si eres "alter" y "ego", probablemente seas mío... ;)
Un beso.
FIEBRE: a mi también, mucho más, por ello he creído conveniente escribir sobre él :)
AURELIANO BUENDÍA: eso que a ti te ha pasado, me ha ocurrido a mí un centenar de veces... ahora cada vez que comento, no cierro la ventanita hasta asegurarme de que el comentario permanece y no se va conmigo ;)
Ese estilo que me adjudicas me gusta, gracias por denominarlo de de alguna forma :)
Un beso para los habitantes de Macondo.
UNO: Sí, sí, E.T., un hombre llegado de otro planeta... Bueno, hombres como él, muchos más de los que conocemos, pero cierto es que existió un Jesús (tan real como nostros) que alborotó un poco al pueblo con sus ideas "progres", lo que ya entra dentro de la ficción es su concepción, por aquel entonces, la ciencia no estaba tan avanzada :)
Gracias, gracias :)
SATURNINO: las ideas se inculcan de generación en generación, por ello las cosas no cambian demasiado.
El pensamiento único no es recomendable, en la diversidad se encuentra el gusto, pero si es muy recomendable que se respeten a las personas que piensan distinto en lugar de intentar deshacerse de ellas.
Gracias.
Un saludo.
ZIMBAGÜE: ... cuchara de palo ;)
Un beso.
EGO: hay viajes que se pueden hacer con la mente... son la avanzadilla de los reales.
Deberías plantearte ir alguna vez, tu que eres conocedora de Oriente Próximo :)
Un beso.
LA FRUFRÚ: el primer orador, quizás con pensamientos más de izquierdas, pues de humilde familia procedía y el bien de los demás buscaba... Se han dicho tantas cosas :)
Un beso.
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