08 febrero 2009

El proceso

Bajó del andamio y me dijo todo cuanto quería que supiera. Al principio dudé de sus intenciones, seis meses recibiendo florituras e invitaciones delante de sus compañeros cada vez que pasaba por delante de la obra en la que trabajaba (y eso ocurría cuatro veces al día) me habían curtido, pero esta vez estábamos solos en la calle.


-Va siendo hora de que te explique la verdad acerca del amor. No puedes seguir maltratando de ese modo tan cruel a las neuronas de tu sistema límbico, negándote a reconocer que te gusto, ni tampoco llevarles la contraria constantemente.

“Me está tomando el pelo” Miré desconfiada hacia los andamios, del edificio en que trabajaba, esperando ver a sus compañeros mal disimulando sus escondites, pero fue en balde.

-No me gustas… -Intenté no resultar hiriente suavizando mi sentencia con una sonrisa-. Llego tarde.
-Sólo te pido que me escuches –Su súplica me detuvo-. Si después decides seguir engañándote creyendo que no estás enamorada de mí, te dejaré en paz.
“Prepotente, prepotente, prepotente…” Estaba jugando conmigo. No podía ir en serio. El chico que me hablaba, tenía muy poco que ver con el que me despertaba todas las mañanas con el repertorio al completo de Antonio Molina y sucedáneos. La idea de no tener que volver a oír sus arrebatos de inspiración a mi paso, me resultó atractiva. Acepté el desafío.

-Verás, corazón –Mal comienzo-, en la parte alta de la nuca se encuentran las neuronas amorosas, culpables de que me quieras tanto… Cada vez que me ves o escuchas mi voz próxima, esas mismas neuronas, habiendo clasificado como buena la emoción que estás sintiendo, mandan inmediatamente un mensaje al hipotálamo, que es el sistema que se encarga de distribuir las hormonas… -La naturalidad empleada era pasmosa, como si fuera un tema habitual en él-… el mensaje es claro y conciso: “ha llegado la hora de ser feliz”, y entonces es cuando te alegras de que esté a tu vera, como ahora.

-Supones demasiado… ¿puedo irme ya? –Hice ademán de caminar, pero volvió a tomar la palabra, con sonrisa pícara… ¡Detestable!

-Tus neuronas amorosas están un poco dormidas, pero no importa, yo sé de todas formas que me quieres, aunque no tanto como llegarás a quererme más adelante. Las neuronas son muy caprichosas y exigentes, por eso sólo se comprometen a aprender lo que se ama... Cariño, si deseas que seamos felices, hazlas caso, ellas están interesadas en conocerme y aprender de mí… ¡Tu hipotálamo ya ha empezado a fabricar noradrenalina!

No le pregunté que era la noradrenalina para no alargar más el momento, pero busqué su significado en la RAE: “hormona de la médula adrenal, que actúa como neurotransmisor en el sistema simpático”… Otro mensajero más.
Segunda intentona de huída. Esta vez, me cogió el brazo. Miré sus ojos negros. Mi concepto sobre él había variado. Antes me parecía un pesado, después de sus nociones de bioquímica bien aprendidas, un pesado con capacidad de decir cosas interesantes, lo que no me disgustaba.

-¿Lo notas? Entre nosotros hay química… -“Química… “

Tras el destripamiento del amor, por parte del incauto al que nunca perdonaré, dejé de creer en él y en el romanticismo. Tal vez no ocurriera así exactamente… En realidad no ocurrió así, pero a todos nos llega el día en que descubrimos una verdad que desconocíamos, y aquello que defendíamos enfáticamente deja de tener sentido.

El amor no es más que un proceso químico en el que nuestro cuerpo segrega substancias imposibles de pronunciar con un polvorón en la boca. Existe, pero anula nuestra sensatez, para embriagarnos de falsas quimeras, que hacen que todo parezca hermoso.

¿Química? Sin duda.

11 comentarios:

Anónimo dijo...

No tenía bastante con las substancias que soy consciente que segrego habitualmene para que me vengas a desbaratar "el amor"... El romanticismo, pedantillo es, pero ¿a quién no le gusta un caramelo en la boca?

Espero que le pegaras un buen pisotón al albañil que te asedió... o como fuera que ocurriera. Se lo merecía.

Besos.

Anónimo dijo...

Convencido estoy de que el chico doctorado en bioquímica "sentimental", tenía rizos y era el más chistoso de la obra, casi lo puedo ver.

Estoy de acuerdo contigo, el amor existe, pero porque nos hemos empeñado en denominar a ese proceso del que hablas con una palabra que lo defina. Esas sensaciones "extrañas" derivadas de las substancias gobernantes, a veces son agradables, cuando te acostumbras a ellas, pero su manifestación suele ser desconcertante, si no quieres que la otra persona se entere de segregaciones ajenas.

Un beso, científica.

Uno dijo...

Cuando corres mucho sudas, cuando algo te irrita levemente la nariz estornudas, cuando comes apio orinas más, cuando...

¿Qué más da como funcione por dentro el amor o el enamoramiento? Todo tiene una base, nada es magía. Sea de una forma u otra existe y se da, y el mecanismo que lo sustenta poco importa.

Mucho se ha intentado diseccionar el amor, pero también está el odio con efectos parecidos aunque de sentido contrario. Por amor la gente se sacrifica por otro, por odio la gente se automutila con el fin de causar daño a los demás. ¿Qué proceso físico o químico provoca el odio (o el enfado)? Si tiene una base como el amor... ¿debemos pensar que realmente tampoco existe?

Saludos

Aureliano Buendía dijo...

Con tú permiso, estoy de acuerdo aunque solo en parte.

La química puede confundirse con el amor,, y resultar todo un desastre... yo lo he sufrido.. y sabia que era algo químico aunque algo dentro de mi me confundía y me decia que era amor. El amor de verdad es otra cosa y no solo es química. No dejes de creer Daniela.

Un beso desde Macondo.

Como siempre me quedo con ganas de saber más de cada una de tus historias.

Saturnino dijo...

El amor expresado con palabras químicas me desmotiva, lo prefiero con los sentimientos del corazón; aunque siempre hay algún gracioso que confunde los términos y los modos; que le vamos a hacer somos muchos.
Un saludo.

Anónimo dijo...

Tan triste realidad no pega mucho en un día como éste, en el que todo debería ser idilico, pero ¿por qué no nos lo parece la formula del amor? Es genial todo lo que ocurre en nuestro organismo cuando, entre otras cosas, porque si no fuera así, ni amor ni sentimientos ni ná de ná.

Me ha encantado la diseminación narrada.

Un beso.

Anónimo dijo...

A todo esto... ¿al albañil le funcionó la táctica de acercamiento? Estoy dispuesto a leerme las enciclopedias que haga falta. Espero respuesta.

Un beso.

Daniela Haydee dijo...

Gracias a todos por vuestros comentarios... Cuando se trata de amor, nadie se queda indiferente :)


LA FRUFRÚ: tarde o temprano tenías que saberlo, "el saber no ocupa lugar". Es justo que demos su lugar a cada cosa, aunque nos desagrade.

No hubo pisotón... al menos físico.

Un beso.

CARLOSIDEAL: sí,sí, ricitos y gracisillo, de ahí la desconfianza. Secundo todas tus palabras. Ahora estoy menos sola en mis convicciones ;)
Gracias.

Un beso.

UNO: muchas preguntas retóricas planteas y es mucho más sencillo que todo eso.

Tan importante es el proceso químico como la forma de nominarlo para no perdernos en tecnicismos cientifico... ¿Por qué restársela entonces al verdadero artífice de eso que llamamos "amor"?

Puede que no resulte romántico (todo depende de la percepción de cada uno, para la naríz, un pañuelo que le limpie la moquita, debe ser el "sumun"), pero es la realidad.

Saludos en un día soleado.

AURELIO BUENDÍA: puedes discrepar conmigo siempre que quieras. De lo que uno no comparte, también se aprende :)

Atracción física y amor forman parte del mismo proceso bioquímico. Nos sentimos atraidos por alguien, porque previamente nuestro cerebro se ha inundado de feniletilamina (además de otras substancias más). Si nuestro organismo reacciona a esa segregación masiva, se trata de enamoramiento, y otros mecanismos se ponen en marcha.

Cada uno siente y describe el amor en función de lo que le va ocurriendo por dentro, pues la intensidad es distinta en cada organismo y solemos mitificar aquello que creíamos que no sentiríamos con tanta fuerza.

Sí, soy muy descreida. No me gusta el exceso de ornamento. Prefiero la sencillez. Gracias por tus comments.

Un beso.

SATURNINO: sigue apostando por esa clase de motivaciones. Cuando algo funciona, mejor mantenerlo, a cambiarlo y perderlo.

Un saludo.

SOFÍA SAAVEDRA: para verdades las tuyas. Me rindo a tus pies. Muchas gracias.

Besos.

ZIMBAGÜE: todo depende de las intenciones que tuviera: ahuyentar o atraer. Más bien ocurrió lo primero, por eso, cuando quieras apartarte a alguien utiliza de ciencia como método resolutivo.

Un beso.

Aureliano Buendía dijo...

Ahora me queda un poco más claro pero podrías reponderme ¿porque se desenamora una persona, porque se enamora de otra?...

Algo cientificamente tan facil, que dificil que lo hacemos.

Un saludo ;)

Daniela Haydee dijo...

Nos enamoramos y desenamoramos porque los procesos químicos acaban y pueden empezar de nuevo...

En esto estoy de acuerdo contigo, las complicaciones, las buscamos nosotros (eso sí, bajo efectos bioquímicos).

Un abrazo.

Aureliano Buendía dijo...

Y ¿hay procesos químicos que duran para siempre?.

Espero que si. Conozco un matrimonio que lleva muchos años de casado y siguen enamorados... no son mis padres eh... Aunque el resto me parece gente cuya química acabó y queda... ¿qué queda entonces?...... cariño?.

Gracias por tú explicación.

Un besazo, desde Macondo.