27 abril 2008

A ti

Mis noches no son tan solitarias como lo son mis días, porque en ellas me acompañan los sueños y la soledad no existe.

De día me sobra la gente, los lugares donde estuvimos juntos; sobras tú en mi mente, acaparando cada pensamiento sin darme más opción que la dispersión de la concentración en el trabajo; sobra lo que eras en la vida y lo que eres ahora, un pedazo de mí ausente, perdida en la nada.
Dueles más en la distancia que cuando me hacías sufrir cercana y aún así, te quiero lejos, en el mundo particular dónde te encaprichaste habitar.

Vivir contigo se parecía demasiado a vivir sólo, pero entonces sabía que estabás ahí, y que en tu silencio calmado podrías rebelarte contra mí, que siempre estuve contigo, desatando tu desenfrenada ira cuando te aburrieras bajo mi cobijo. Ahora sé que no habrá más tú y que la paz de la que aún guardo recuerdo me amparará, cuando el tiempo cure este imperioso vacio; la herida que me legaste como gran tesoro; el hueco que has dejado para rellenar otro en el espacio con destino incierto.
Tú, singular y plural, irritada, hinchada por tu vehemencia; húmeda; resbaladiza; ardiente; manifestándote como la gran señora de los últimos tiempos, en tu gran palacio que era yo.
No vuelvas nunca. Quédate allí donde decidiste retirarte. No te echo de menos. Ya no me haces falta porque sé que podré vivir sin ti cuando el dolor se haya ido... Mi querida Adgmídalas.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

lindo trabajo!!

Anónimo dijo...

Hola Daniela.

Aún recuerdo cuando esa ingrata me dejó a mí... Desde entonces estoy más solo, pero ¿quien quiere pellejos colgando?

Un beso.

PD: el helado cura las penas

Uno dijo...

Que tierno dedicarle un poema a un cacho carne estirpado.

¿Habrá otro en tu próximo corte de pelo? ¿O cuando le toque el turno a las uñas?

Hazlo, también son partes de nuestro cuerpo que no eligen un éxilio voluntario. Hazles el homenage que se merecen.

Saludos

Anónimo dijo...

Hola Da.

Uno se libera, aunque no te das cuenta hasta que han pasado un par de semanas...

Que sensiblona que andas últimamente,niña.

Un beso.

Anónimo dijo...

Hola Daniela.

Esa perdida no la he padecido aún, ni quisiera... Trozo inerte será, pero muy querido.

Un beso.

PD: anda que...

Anónimo dijo...

Pero ¿hay para tanto?
Y yo que pensaba que esta vez hablabas en serio... :)

Besos

Daniela Haydee dijo...

FAUSTINO: Gracias por tus palabras y por tu visita. Bienvenido seas siempre.

Un Saludo.

ZIMBAGÜE: El dolor te hace decir cosas que no sientes. Sabes que no era un pellejo cualquiera, sino que alguna vez fuisteis sólo uno ;)

Besos.

UNO: Verás, es que ninguna pérdida es como la de Adgmídalas. Ella es la que tomó la decisión de irse, a los demás partes de nosotros mismos, somos nosotros quienes no deshacemos de ellos... Lo pensaré.

Saludos.

CARLOSIDEAL: Sensiblona no, realista, que las cosas escritas hacen que los males interiores se vayan ;)

Un beso.

LA FRUFRÚ: deja huella y eso es suficiente. Rindamos homenaje pues a aquello que ignoramos constantemente y que sin embargo, ahí está.

Un beso.

SOFÍA SAAVEDRA: No, no, si hay para mucho más... Espero que no lo tengas que averigüar por ti misma nunca.

Besos.