Ellos, tarde o temprano acaban diciendo:
-Eres especial, hay algo en ti que… no sé… no eres como las demás… eres diferente…
Ellas escuchan con expresión comprensiva al mismo tiempo que cavilan: “¿Especial? ¿Qué significa ser especial exactamente y que me hace tan diferente? ¿Acaso has conocido a todas las mujeres del mundo para saber que no son como yo?”
-Eres especial, hay algo en ti que… no sé… no eres como las demás… eres diferente…
Ellas escuchan con expresión comprensiva al mismo tiempo que cavilan: “¿Especial? ¿Qué significa ser especial exactamente y que me hace tan diferente? ¿Acaso has conocido a todas las mujeres del mundo para saber que no son como yo?”
En tales circunstancias ellas intervienen con sonrisa halagadora (pero algo falsa, pues viborillas son) y fingiendo rubor:
-No, no soy especial, soy muy normal.
Entretanto algunos de ellos van pensando: “No, no… Eres maravillosa, extraordinaria, sensacional… Una diosa”
Algunos otros de ellos adoptan gestos seductores en sus rostros con fines muy concretos: “Sí, sí, normal, pero con tanta galantería vas a caer en mis redes”.
Y el resto de ellos saben lo que quieren: “Vayamos a un descampado”.
-No, no soy especial, soy muy normal.
Entretanto algunos de ellos van pensando: “No, no… Eres maravillosa, extraordinaria, sensacional… Una diosa”
Algunos otros de ellos adoptan gestos seductores en sus rostros con fines muy concretos: “Sí, sí, normal, pero con tanta galantería vas a caer en mis redes”.
Y el resto de ellos saben lo que quieren: “Vayamos a un descampado”.
Entonces es cuando su voz vuelve a retumbar en los oídos de ellas, como el eco en una cueva.
-No cambies nunca… Sigue así siempre…
Mil demonios se apoderan de ellas y sus pensamientos se alborotan sobremanera: “¿Pero cómo quieres que no cambie nunca? Las personas maduran, evolucionan; su inteligencia crece hasta alcanzar la sabiduría”
-No cambies nunca… Sigue así siempre…
Mil demonios se apoderan de ellas y sus pensamientos se alborotan sobremanera: “¿Pero cómo quieres que no cambie nunca? Las personas maduran, evolucionan; su inteligencia crece hasta alcanzar la sabiduría”
Ellas, menos una, se pronuncian al respecto:
-Todos cambiamos con el tiempo…
Algunos de ellos meditan con el ceño fruncido: “Sí, pero no cambies demasiado. No te vuelvas una bruja”.
Los ellos convencidos, permanecen fieles a sus ideales: “Vamos a un descampado. AHORA.”
-Todos cambiamos con el tiempo…
Algunos de ellos meditan con el ceño fruncido: “Sí, pero no cambies demasiado. No te vuelvas una bruja”.
Los ellos convencidos, permanecen fieles a sus ideales: “Vamos a un descampado. AHORA.”
La ella que no se había manifestado, cuya identidad se aleja de ser averiguada por alguien nunca, guarda silencio y observa nauseabunda.
-Nunca pensé que podría conocer a nadie como tú.
Algunas de ellas no pueden simular su alegría y a punto está de hacerse sonoro su pensamiento: “Ay, que majo que es…”
Otras se limitan a miran a su interlocutor con ojos piadosos y actitud condescendiente: “Qué cursileria”
Y la ella independiente refunfuña sin quererlo evitar: “Otras, otras, otras”
-Nunca pensé que podría conocer a nadie como tú.
Algunas de ellas no pueden simular su alegría y a punto está de hacerse sonoro su pensamiento: “Ay, que majo que es…”
Otras se limitan a miran a su interlocutor con ojos piadosos y actitud condescendiente: “Qué cursileria”
Y la ella independiente refunfuña sin quererlo evitar: “Otras, otras, otras”
Los ellos más románticos se deshacen con su mirada inocente (al menos eso es lo que creen que es): “¡Pero como me gusta!”
Los hay que se congratulan a sí mismos en un brote de narcisismo agudo con indicios de convertirse en crónico: “La tengo en el bote”.
Y el porcentaje resultante no varía: “A la bi, la ba, a la bin, bon, ban, descampado, descampado y nada más”
Los hay que se congratulan a sí mismos en un brote de narcisismo agudo con indicios de convertirse en crónico: “La tengo en el bote”.
Y el porcentaje resultante no varía: “A la bi, la ba, a la bin, bon, ban, descampado, descampado y nada más”
Ellas deciden (como ocurre siempre):
-Es hora de volver a casa.
La ella solitaria (bueno, quizás existan un par de ellas más), conoce la felicidad en ese instante y sabe que la quiere conservar a su lado: “¡ACABEMOS CON ESTO DE UNA VEZ!”.
Las demás se sienten más víboras que nunca: ”Lo bueno en dosis pequeñas, querido”.
-Es hora de volver a casa.
La ella solitaria (bueno, quizás existan un par de ellas más), conoce la felicidad en ese instante y sabe que la quiere conservar a su lado: “¡ACABEMOS CON ESTO DE UNA VEZ!”.
Las demás se sienten más víboras que nunca: ”Lo bueno en dosis pequeñas, querido”.
Ellos asienten complacientes algo confusos: “No, aún no, por favor”.
Otros de ellos: “¿¡Ya!?
Y los de siempre boquiabiertos se quedan al instante: “¿Y el descampado qué, eh?
Otros de ellos: “¿¡Ya!?
Y los de siempre boquiabiertos se quedan al instante: “¿Y el descampado qué, eh?
Por caminos distintos, las unas y los unos hacen balance de su cita.
“Ha sido una buena noche”
“Puede que se repita”
“Uff… Menos mal que se acabado ya”
Ellos, con las manos en los bolsillos de la cazadora y la mirada fija en el asfalto, por si la fortuna les toca y encuentran una moneda en el suelo:
“La amo, la amo, la amo”
“¡Ya es mía!”
“Pues vaya chasco”
EllAs y ellOs, dos universos paralelos que se atraen y repelen como dos polos opuestos siendo su única diferencia una vOcAl sin la que ellas serian tan ellas y ellos tan poco ellos.
“Ha sido una buena noche”
“Puede que se repita”
“Uff… Menos mal que se acabado ya”
Ellos, con las manos en los bolsillos de la cazadora y la mirada fija en el asfalto, por si la fortuna les toca y encuentran una moneda en el suelo:
“La amo, la amo, la amo”
“¡Ya es mía!”
“Pues vaya chasco”
EllAs y ellOs, dos universos paralelos que se atraen y repelen como dos polos opuestos siendo su única diferencia una vOcAl sin la que ellas serian tan ellas y ellos tan poco ellos.
Pd:... cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia... Ya.