.jpg)
Otros tiempos anteriores a los míos, me alcanzarón de la mano de La década prodigiosa y sus troceteos de canciones. Con ellos memoricé las legendarias, “un rayo de sol uoh uoh uoh…”, “Eva María se fue buscando el sol en playa, na, na, na, ná, na, na, ná…”, “si yo tuviera una escoba… cuantas cosas barrería…” entre otras ñoñerías que cantaba con alevosía y premeditación.
Abusé de un Miguel Bosé embutido en mayas y del que se ponía faldas con torerillas, sólo que entonces reconocer cierta predisposición por este muchacho (hoy hombre), era etiquetarse enterita de hortera y como consecuencia de ello hundirte socialmente, y más aún si además admitías que los hermanos llorones (Los Pecos) no te disgustaban del demasiado… Todos tenemos un pasado.
El crecimiento llega si te mantienes con vida, y otras influencias fueron sucediéndose en una adolescencia musical que no me pertenecía… Es lo que tienen los antecesores de sangre, que al final acabas oyendo horrorizada su música y lo peor de todo es que te puede incluso gustar y es cuando oyes otras cosas que te gustan más aún. Experimenté con Duncan Dhu (en todas sus composiciones encontraba algo), Olé Olé (sin comentarios) ¡Hombres G! (… cualquier tiempo pasado nos parece mejooor…), Mecano, Alaska, Loquillo y los trogloditas, Modern talking (si, también ellos), Police, George Michael, Madonna… hasta que me entró la vena sensiblilona y un Alejandro Sanz cañí, hablaba de mis circunstancias y de mí (… quien te ha visto y quién te ve…) en sus canciones, así como también lo hacían Luís Miguel (sí, sí también), Sergio Dalma (por paisano), Presuntos implicados, La Unión (lo más de lo más), Cómplices… Fue la época en la que más afiné el oído, sólo la música ya me transmitía buenas sensaciones, aunque no entendiera exactamente lo que Cèline Dion (eterna), Michael Bolton (ronco, ronco, ronco), Mariah Carey (antes de que un ovni le absorbiera los sesos), o Barbra (para los amigos) Streisand, relataban, si no lo veía escrito.
Esas viejas canciones me acompañan todavía, aunque no signifiquen lo mismo, otras han llegado recientemente y algunas aún no las conozco, pero todas ella componen la banda sonora de mi vida…
Y es que para cada momento existe una sonorización armoniosa, que no son más que un resumen musical de nosotros mismos.