13 enero 2008

Evolución

Mirando la propaganda de un supermercado, me detengo en la imagen de un yogurt griego y fijándome en el Partenón que aparece en el lácteo, me pregunto (porque no tengo nada mejor que hacer a esta hora), qué fue de todos aquellos pensadores a los que la filosofía debe su origen… Sí, ya sé que desde hace varios siglos pertenecen a otro mundo y que por la misma razón ya no piensan, pero ¿dónde están quienes les siguen, en su corto peregrinaje alrededor de la ágora, mientras les abordaban miles de inquietudes, por tener demasiado tiempo libre…? ¿Es que en Grecia ya no hay plazas por las que pasear apaciblemente durante varias horas seguidas, intentando resolver preguntas retóricas?

¡Pues claro que siguen habiendo plazas! Y también hay muchas piedras viejas y mohosas, así como la esencia de otros tiempos en el aire, pero tengo una teoría respecto a porqué Grecia ya no parece aquel país de hombres sabios, y es como consecuencia de un proceso a través del cual, denominarse a sí mismo ha ido adquiriendo una importancia creciente, y para ello era y es contraproducente distraer la mente con vicisitudes sobre lo desconocido. Todo pensamiento se centró en la composición del nombre más raro y largo, algo que fuera realmente impronunciable, disipándose de esta forma en cada sílaba creada, una reflexión acerca del más allá, para entender el más acá.

De esas plazas tan paseadas toman origen las multitudes en numerosas calles de nuestra geografía… Siempre hay demasiada gente por algunas vías concretas con pésima formación cívica, entorpeciendo el caminar de servidora, con la diferencia de que cuando miro sus caras, no veo pensamiento alguno y caigo en la cuenta de que quizás haya empezado el proceso para nosotros y en unos pocos siglos más tendremos nombres como Juanlocorematus, Carmenvivarachatus…
Y es que la evolución continua.

5 comentarios:

Uno dijo...

Filósofos quedan todavia, incluso pasean por las calles. Son más que antes, pues somos más los que poblamos el planeta y la cultura es un bien mas extendido.

El problema es que casí todo ya estaá dicho y cualquier pensamiento filósofico queda ahogado en un oceano de publicidad, marketing y otros mensajes manipuladores de la sociedad actual esteriles y vacios de contenido.

Filosofos hay pero sus ideas nos quedan tan invisibles como su existencia.

A mi que no me dediquen plazas ni calles... yo con alguien guarde un recuerdo amable me conformo. Y sinó ... pues tampoco me voy quejar mucho.

Saludillos

Anónimo dijo...

Deberíamos dedicar lugares para el pensamiento, como antiguamente se hacía en la Agora... Caminar y pensar... Y los que no piensen pronfundamente, que se vayan de tiendas... Claro, que habría que delimitar cuándo un pensamiento se considera profundo.

Un abrazo querida pensante.

Pd: yo tampoco soporto a la gente que se para de repente en la calle.

Anónimo dijo...

¿Para que pensar tanto?
Lo mejor, tener la mente en blanco y no darle tantas vueltas a la cosas que luego nos acostumbramos y nos volvemos activos intelectuales y eso es de lo peor...

No sé quien eres, pero piensa menos... Bueno, ni siquiera pienses ;)

Un saludo saludable.

Anónimo dijo...

Yo llevo años diciendoo que tenemos pocos pensadores, pocos filósofos en tiempos en los que la ciencia va tan deprisa que solo mentes claras podrían atraparla para explicarla a los demás... y andas las mentes de rebajas,de verdad.
Un beso

Daniela Haydee dijo...

Uno: plazas y calles, tal vez no, pero museos del pensamiento, sí. Que cada uno de nosotros tuviera un pensamientos (más serían demasiados) que los demás pudieran leer...

Carlosideal: sí, sí, y sí. Decide tú cuan profunda es mi afirmación.

Jade de solange: pensaré menos en que tengo que pensar más, pero eso de dejar de pensar ni lo contemplo... Cuídate.

El ojo del silencio sabio: estoy de acuerdo contigo, aunque mantengo la esperanza de que existan más filósofos anónimos de los que hemos conocido en los últimos tiempos. Agradezco tus palabras.
Un beso.