04 noviembre 2006
Siempre he pensado que los principios son duros porque nos enfrentamos a lo desconocido, y esto nos puede producir temor e inseguridad, pero también ilusión cuando zanjamos una etapa de nuestra vida para empezar otra, necesitando un cambio, algo nuevo, que haga que todo sea distinto, o simplemente busquemos un aliciente al que aferrarnos para seguir caminando por tortuosos y caprichosos senderos.
Hoy comienzo a compartir con otras personas este desván. Aquí es donde guardo lo que no quiero y lo que quiero; lo que deseo olvidar y lo que deseo recordar; los malos y los buenos momentos, en resumidas cuentas, todo aquello que ha formado y forma parte de mí.
Sentada encima de una caja de madera, mientras miro a mí alrededor, reflexiono sobre la proliferación de rincones como éste y, me pregunto qué es lo que nos conduce a querernos expresar… Tal vez es que tenemos demasiadas cosas que decir y no podemos callar; o la necesidad de compartir con otras personas inquietudes y emociones; o la búsqueda de otros puntos de vistas que nos ayude a entender aquello que no comprendemos de nosotros mismos… ¿Por qué utilizamos la palabra como puente para llegar a otros lugares?
Bienvenidos seáis a éste rinconcito donde lo importante es estar de la manera en que se deseé hacerlo.Quizás éste sea el principio de algo…
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