14 octubre 2012

En algún lugar de... alguna parte






Soy catalana, española, europea, terrícola y extraterrestre en el supuesto de que exista alguna forma de vida más allá de las fronteras que nos cercan (inteligente o todo lo contrario) porque he nacido en Cataluña, España, Europa, la Tierra, el Cosmo (el orden de los factores no altera el producto) pero no me siento todas esas denominaciones de origen… ni siquiera me las planteo, son obvias. Nací en el Mediterráneo.

En el colegio tuve una educación bilingüe. Los profesores podían utilizar su lengua materna para impartir las materias, exceptuando las asignaturas de catalán y castellano. Compresible.

Castellanos (personas nacidas fuera de Cataluña) y catalanes convivían pacíficamente en armonía, aún planeando sobre sus cabezas las ideas independentistas de algunos políticos nacionalistas y por extensión de simpatizantes que los apoyaban.

Independizarse entonces era reafirmarse como catalán. Aún estaban muy próximos los años de represión durante la dictadura, con pretensiones unificadoras a través de la imposición de una sola lengua y una sola cultura.

Cataluña se negó a perder la memoria y renunciar a su identidad, intensificando el uso del catalán a todos los ámbitos de la sociedad, con la llegada de la democracia, lo que equivalió a que el resto de las autonomías se volvieran desconfiadas y hasta mal pensadas… El pueblo por su parte seguía respetándose dentro de la normalidad.

En la actualidad, hay catalanes, españoles, catalanes españoles y españoles catalanes y estos gentilicios no tienen que ver con el origen sino con el sentimiento.

A los niños de Cataluña no hay que “españolizarlos”, son españoles (independientemente de lo que se sientan) y si ministro sin sentido común es tan poco afortunado al elegir las palabras, dudo entre sí el sujeto considera que Cataluña pertenece a España o si directamente cree que es otro país más de Europa. Fuere como fuere, a tener en cuenta: cuando a los pueblos se les someten, estos se sublevan.

Somos los que somos pese a que a veces no sea lo que nos sintamos.

5 comentarios:

sofíasaavedra dijo...

El dedo en la llaga.
Seguimos viviendo sin problemas, no estamos a la "gresca" todos lo días, si acaso en momento puntuales, cuando vemos nuestra libertad amenazada, pero no entendemos bien.

Muy buena síntesis.

Un beso.

carlosideal dijo...

Los habitantes de Catalonia (no me atrevo a denominarlos por si no acierto) van a desarrollar un desdoblamiento de personalidad y tendrán serios problemas de identidad con tanto ser y sentirse :)

Un beso.

zimbagüe dijo...

Si Cataluña quiere la independencia sus motivos tendrá, tampoco es para que los demás se lo tomen como una ofensa y se les eche encima.

Que hagan lo que quieran.

Un abrazo.


Uno dijo...

Personalmente me cansa el debate Catunya-España. Unos cuantos que quieren separarse, pero sin tener muy claro a donde ir, cuestiones de sentimiento de identidad y económicos que pesa tanto o, si acaso, pesa más.
Otros que ignoran y quieren ignorar el sentimiento, la diferencia, que quiere normailizar, dejarlo a ras como si hubiese pasado una apisonadora.

A nivel político me parece una gran teatro para que la gente no atienda a otro asuntos importantes: recortes, desmantelamiento de sistema de bienestar, perdida de derechos, etc...

Yo personalmente no me siento de ningún lado, como mucho de donde pisan mis zapatos y casí que me apetece ir descalzo.

Saludos desde tu tierra

lafrufrú dijo...

Al que hay que democratizar y culturizar es al miistro deslenguado qeu cada vez que abre la boca es para decir sandeces.
Así son las gestiones de su ministerio.

Un saludo.