27 enero 2008

Bandas Sonaras

Mis primeros recuerdos musicales están relacionados con largos viajes en coche del nordeste al suroeste –y viceversa… Tu piel morena sobre la arena…- de la península, en los que siempre oía las mismas voces: Raffaela Carrá, Camilo Sesto, Juan Pardo, José Luís Perales…

Otros tiempos anteriores a los míos, me alcanzarón de la mano de La década prodigiosa y sus troceteos de canciones. Con ellos memoricé las legendarias, “un rayo de sol uoh uoh uoh…”, “Eva María se fue buscando el sol en playa, na, na, na, ná, na, na, ná…”, “si yo tuviera una escoba… cuantas cosas barrería…” entre otras ñoñerías que cantaba con alevosía y premeditación.

Abusé de un Miguel Bosé embutido en mayas y del que se ponía faldas con torerillas, sólo que entonces reconocer cierta predisposición por este muchacho (hoy hombre), era etiquetarse enterita de hortera y como consecuencia de ello hundirte socialmente, y más aún si además admitías que los hermanos llorones (Los Pecos) no te disgustaban del demasiado… Todos tenemos un pasado.

El crecimiento llega si te mantienes con vida, y otras influencias fueron sucediéndose en una adolescencia musical que no me pertenecía… Es lo que tienen los antecesores de sangre, que al final acabas oyendo horrorizada su música y lo peor de todo es que te puede incluso gustar y es cuando oyes otras cosas que te gustan más aún. Experimenté con Duncan Dhu (en todas sus composiciones encontraba algo), Olé Olé (sin comentarios) ¡Hombres G! (… cualquier tiempo pasado nos parece mejooor…), Mecano, Alaska, Loquillo y los trogloditas, Modern talking (si, también ellos), Police, George Michael, Madonna… hasta que me entró la vena sensiblilona y un Alejandro Sanz cañí, hablaba de mis circunstancias y de mí (… quien te ha visto y quién te ve…) en sus canciones, así como también lo hacían Luís Miguel (sí, sí también), Sergio Dalma (por paisano), Presuntos implicados, La Unión (lo más de lo más), Cómplices… Fue la época en la que más afiné el oído, sólo la música ya me transmitía buenas sensaciones, aunque no entendiera exactamente lo que Cèline Dion (eterna), Michael Bolton (ronco, ronco, ronco), Mariah Carey (antes de que un ovni le absorbiera los sesos), o Barbra (para los amigos) Streisand, relataban, si no lo veía escrito.

Esas viejas canciones me acompañan todavía, aunque no signifiquen lo mismo, otras han llegado recientemente y algunas aún no las conozco, pero todas ella componen la banda sonora de mi vida…

Y es que para cada momento existe una sonorización armoniosa, que no son más que un resumen musical de nosotros mismos.

20 enero 2008

Trilogias

Me seduce el trailer de La burbuja dorada, y es que en el cine, hasta lo malo parece bueno, y cuando busco un poco más de información sobre la película en cuestión, descubro que se trata de otra de esas dosificaciones anuales.Me niego a volver a esperar años para conocer el final de una película.

El señor de los anillos me horrorizó sobremanera (las veces que no dormía) no siendo yo demasiado consumidora del género fantástico –reconocerlo he- creado por otros, y eso que La comunidad del anillo, tenía su encanto, pero en cuanto me lo mataron, la peli perdió todo mi interés (y su belleza), por la carencia de hombres de verdad (Boromires), en lugar de mojigatos blandengues con los pelos sucios y un huesudo exhibicionista de guión escaso “mi tesoooooro…”

Shrek no me disgustó demasiado, pero bien dicen por ahí que segungas partes nunca fueron buenas, y la transformación de la bella princesa en un moco verde que lucha para defender su amor, acabó con mi tolerancia. Desde entonces mantengo bien limpias mis fosas nasales para evitar la proliferación de moquillos tan repelentes como los Shrekcitos, cansinos hasta la extenuación con tanta bobería desmesurada… Si es que la huelga de guionistas nos afecta a todos, pero lo lamentable es lo que hacen con algunas mentes.Mi tercer y último tropiezo hasta el momento, Piratas del Caribe… Algo tontilla es –¿para qué negar lo evidente?-, pero con momentos divertidos que me reconciliaron mínimamente con las trilogías hasta el punto de plantearme seriamente ver otras (menos The matrix, la lentitud me mata), pero mi gozo cayó al pozo de mi testarudez cuando el Capitán Sparrow es engullido por un besugo gigantesco, feo como ninguno y todo baboso él, en El cofre del hombre muerto. La tercera parte me supera, y ni siquiera el hecho de saber que con su final mi agonia termina, es incentivo suficiente para que la vea entera (sí, estoy haciendo trampas).

Las películas de una vez y no por fascículos.

13 enero 2008

Evolución

Mirando la propaganda de un supermercado, me detengo en la imagen de un yogurt griego y fijándome en el Partenón que aparece en el lácteo, me pregunto (porque no tengo nada mejor que hacer a esta hora), qué fue de todos aquellos pensadores a los que la filosofía debe su origen… Sí, ya sé que desde hace varios siglos pertenecen a otro mundo y que por la misma razón ya no piensan, pero ¿dónde están quienes les siguen, en su corto peregrinaje alrededor de la ágora, mientras les abordaban miles de inquietudes, por tener demasiado tiempo libre…? ¿Es que en Grecia ya no hay plazas por las que pasear apaciblemente durante varias horas seguidas, intentando resolver preguntas retóricas?

¡Pues claro que siguen habiendo plazas! Y también hay muchas piedras viejas y mohosas, así como la esencia de otros tiempos en el aire, pero tengo una teoría respecto a porqué Grecia ya no parece aquel país de hombres sabios, y es como consecuencia de un proceso a través del cual, denominarse a sí mismo ha ido adquiriendo una importancia creciente, y para ello era y es contraproducente distraer la mente con vicisitudes sobre lo desconocido. Todo pensamiento se centró en la composición del nombre más raro y largo, algo que fuera realmente impronunciable, disipándose de esta forma en cada sílaba creada, una reflexión acerca del más allá, para entender el más acá.

De esas plazas tan paseadas toman origen las multitudes en numerosas calles de nuestra geografía… Siempre hay demasiada gente por algunas vías concretas con pésima formación cívica, entorpeciendo el caminar de servidora, con la diferencia de que cuando miro sus caras, no veo pensamiento alguno y caigo en la cuenta de que quizás haya empezado el proceso para nosotros y en unos pocos siglos más tendremos nombres como Juanlocorematus, Carmenvivarachatus…
Y es que la evolución continua.

07 enero 2008

Con otro aire

¿Por qué cada vez que veo una película asiática o leo un libro cuyo autor tiene los ojos rasgados (como si entrecerrándolos mejorara su visión) tengo la sensación de que cada frase oída o leída, es una sentencia proverbial, que incita a la reflexión y te sumerge en un mar sereno de movimientos imperceptibles (bálsamo para almas alborotadas), y días después la sensación de bienestar persiste y estás tan obnubilado que eres capaz de superar cualquier obstáculo tan sólo repitiendo mentalmente la frase en cuestión?

¡Autosugestión!, sin duda alguna, debida a mis devaneos con tiendas de propietarios de aquel continente… No las frecuento habitualmente, pero cuando quiero encontrar algo concreto al más bajo precio, sé dónde acudir, sin necesidad de preocuparme por la hora que es. Ellos siempre están abiertos, y siempre sonríen, aunque no entiendan muy bien lo que les digas. Cuando me dispongo a pagar (después de haber olido todas las velas aromáticas, las barritas de incienso frutales, las piedras decorativas, el pegamento, las alfombras y de haber abierto todo lo que se puede abrir), miro a la persona que me atiende y pienso: “Tu sí que sabes”, pues no en balde la sabiduría de miles de años acompaña a aquellos que nacieron en tierras orientales, donde las dagas y los dragones voladores tienen su significado, y los almendros de flores rosas perfuman las leyendas…
Y es que:
El dolor hace pensar al hombre. El pensamiento hace al hombre sabio. La sabiduría nos conduce a la verdad

01 enero 2008

Intercultural

Estoy confusa.
Había asumido que nacer bajo el signo de Aries me convertía en una cabra montesa -con cabeza muy ornamentada- fogosa, pues purito fuego me revelo, pero he averiguado, sin casualidad alguna, que en el horóscopo Chino me les antojo un conejillo de largas orejas -no sé si demasiado útiles, pues el tamaño no importa, y unas orejas pequeñas son eficaces si cumplen bien su cometido, detener el aire para que los oídos no se resienta-, ojos desconfiados y nariz titubeante; para los Mayas, zorro nací -en masculino mucho mejor que en femenino para evitar interpretaciones deliberadas-, ó como ellos lo llamarían Fex -que es más pijo-, con pelo en todo el cuerpo, he crecido en tamaño -aunque sea lo de menos-, y soy muy astuta -aquí sí cambio de género-. En la India, levanto el vuelo para adueñarme del cielo en forma de halcón, toda llenita de plumas -como una vedette del Moulin Rouge- y pico.

Investigando un poco más para definirme en algo concreto, me adentro en el mundo vegetal como Sérbal para los Celtas, y Aliso en el horóscopo Druida. Tan frondosa soy, que doy cobijo a animalitos como yo -en otras culturas- y los pajarillos se posan en mis ramas para defecar sobre mis hojas caídas, prestando de esta forma un servicio social desinteresado a mis “conseres”.

Verde es el color de mi aura y platino mi signo alquímico. Brillo con luz propia cuando hace sol… Claro que cuando está nublado, mejor ni salgo de casa… Casa… Los Aztecas me consideran un hogar con chimenea y todo -ajenos a la especulación inmobiliaria-, donde el fuego -si ya decía yo que soy muy calurosa- del horóscopo Árabe, mesha angaraka, calienta al Dios que me protege, un egipcio llamado Toth y a mi ángel velador Elémiah, para que no pasen frío en los largos invierno.

Concluyendo: somos uno y varios a la vez, dependiendo de la situación y las circunstancias… y en la pluralidad se encuentra la clave para conocer nuestra verdadera identidad… Pero yo sigo confusa.